El autor de la masacre en un bar gay de Orlando, que presuntamente frecuentaba, era un joven «perturbado e inestable que se radicalizó», afirmó este martes el presidente Barack Obama.
Los investigadores privilegian la pista del «lobo solitario» impulsado por motivaciones radicales islamistas para explicar las motivaciones del atacante, en cuyo complejo pasado hay todavía muchas sombras.
Según el FBI, Mateen anunció a último minuto su adhesión al Estado Islámico (EI) en una llamada al 911 y el grupo yihadista se atribuyó el lunes el ataque y confirmó en su radio que el atacante pertenecía a sus filas.
El peor atentado en suelo estadounidense desde el 11 de septiembre de 2001 dejó 49 personas muertas, la mayoría de origen latino, y 53 heridas en el club Pulse, emblema de la comunidad homosexual en esta ciudad del sureste estadounidense conocida mundialmente por sus parques de atracciones.
Entre los heridos, 27 permanecían en el hospital, seis de ellos en estado crítico.
Después de una reunión con sus asesores de seguridad, Barack Obama expresó su solidaridad con los sobrevivientes y los familiares de los muertos, así como con la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT) «que fue atacada».
«Quiero recordarles que no están solos. El pueblo estadounidense y nuestros aliados y amigos en todo el mundo están con ustedes», dijo Obama en su tercera alocución en la que se ha referido al ataque.
Obama reiteró la tesis oficial según la cual el atacante, Omar Mateen, actuó solo, sin recibir órdenes del EI aunque inspirado por la propaganda online de los yihadistas, dibujando el retrato de un «joven enfadado, perturbado e inestable que se radicalizó».
El presidente viaja el jueves a Orlando para dar el pésame a las familias de las víctimas.
Obama también arremetió contra el aspirante presidencial republicano, Donald Trump, por sus comentarios incendiarios sobre los musulmanes.
¿»Dónde acaba esto? (…) Vamos a empezar a tratar a todos los musulmanes estadounidenses de forma diferente? ¿Vamos a empezar a colocarlos bajo vigilancia especial?», dijo molesto.
«Estoy muerto»
Tres días después de la tragedia, el testimonio del sobreviviente Angel Colon, de 26 años, que recibió tres tiros en la pierna, echó luces sobre el horror del tiroteo.
«Me disparó tres veces en la pierna, y caí. Intenté levantarme pero todos empezaron a correr en todas las direcciones. Me pisaban y los huesos de mi pierna izquierda se rompieron, se quebraron. A partir de ese momento ya no podía caminar», dijo Colon el martes rodeado del equipo médico de emergencias al que le atribuye haber salvado su vida.
Tras brevemente virar sus armas contra otras víctimas en otra parte de la discoteca, Mateen regresó en la dirección de Colon, disparando a las personas que yacían en el suelo, «asegurándose bien de que estuvieran muertos».
«Escuché (los tiros) más cerca, me di vuelta y le disparó a la chica que estaba a mi lado. Yo estaba allí tendido. Pensé ‘soy el próximo. Estoy muerto'», recordó.
El ataque conmocionó a la comunidad latina de Orlando. Una vigilia a última hora del lunes congregó a una comunidad profundamente dolida en el jardín de un centro de arte de esa ciudad, con discursos en inglés y en español.
La esposa del atacante, Noor Mateen, parecía presentir que algo iba a ocurrir y presuntamente intentó disuadirlo, según varias televisoras estadounidenses. Fue detenida pero coopera con las autoridades y podría enfrentar al justicia, según esas mismas fuentes. El FBI no quiso confirmar esas versiones.
Cliente de Pulse
Su primera esposa evocó un pasado de violencia conyugal, y su padre había resaltado la homofobia de Mateen, que estaba casado y tenía un hijo.
Pero el lunes, una faceta desconocida salió a relucir luego que testigos narraron que Mateen era un asiduo cliente del club gay Pulse, el mismo que atacó el domingo.
«A veces se sentaba en un rincón a beber solo, y otras veces se emborrachaba tanto que era ruidoso y beligerante», señaló Ty Smith al periódico Orlando Sentinel.
Otros clientes del club dijeron a medios locales que Mateen había utilizado aplicaciones gay, incluyendo Grindr, con conocidos comunes para establecer contactos.
El FBI investigó en 2013 y 2014 a Mateen, que expresó su lealtad con el Estado Islámico durante el ataque, «por eventuales vínculos con terroristas», pero esas pesquisas fueron archivadas por falta de pruebas.
La hipótesis de una pista homosexual, si se confirmara, podría liberar al FBI de una difícil situación, al haber observado la radicalización de Mateen pero sin prevenir que pasara al acto.
Disney refuerza seguridad
El ataque también ha reactivado el debate sobre el control de armas. Exonerado por el FBI y sin antecedentes judiciales, Mateen pudo adquirir, en total legalidad, unos días antes del ataque, un arma corta y otra larga.
La Casa Blanca ha pedido al Congreso republicano aprobar leyes que controlen la venta de armas de asalto como las usadas en Orlando, una medida que los conservadores ven como un atentado contra su derecho constitucional a portar armas.
El poderoso lobby de las armas desechó esa propuesta, señalando que los «terroristas del islam radical no son disuadidos por leyes que controlan las armas».
La masacre siguió suscitando reacciones de horror y de solidaridad en todo el mundo.
Una de ellas fue la del rey Salman de Arabia Saudita, país en el que la homosexualidad es un crimen: «este ignominioso acto criminal es inaceptable desde el punto de vista religioso o de cualquier norma o convención internacionales», dijo.
Pero también elevó las alarmas de seguridad.
Disney reforzó la seguridad de sus parques de atracciones tras la revelación de que el asesino de Orlando habría visitado y considerado un ataque en Walt Disney World, en Florida.