Tres presos se fugaron de un penal en las afueras de Ciudad de México durante el caos que provocó un violento motín la noche del lunes, en el que un incendio y enfrentamientos con uniformados dejaron 17 heridos, informó el gobierno local este martes.
Hacia las 20H00 locales (01H00 GMT del martes), «se registró una riña entre varios internos«, quienes quemaron colchones y otros enseres en el interior del penal de Barrientos, en el municipio de Tlalnepantla, dijo en conferencia de prensa José Manzur, secretario de Gobierno del Estado de México, que forma parte de la zona metropolitana de la capital.
Cerca de 1.000 policías incursionaron en la cárcel y en unas tres horas el incidente «fue controlado», añadió.
Pero hacia las 04H00 locales (09H00 GMT), durante un pase de lista, «autoridades del penal se percataron de la ausencia de tres internos y de inmediato se puso en marcha un operativo conducente a su recaptura» con policías federales y miembros del Ejército y la Marina, informó Manzur.
Uno de los fugados fue sentenciado por cohecho y homicidio en 2010, otro ese mismo año por violación y el tercero por robar en una casa en 2013. Por su recaptura, las autoridades ofrecieron una recompensa de poco más de 15.000 dólares.
El director del penal y el jefe de vigilancia serán llamados a dar sus declaraciones.
«Creemos que a raíz de una riña que hubo en el penal estas tres personas aprovecharon para huir» de esta cárcel que alberga 3.000 internos, una superpoblación de más del 100%.
Los desmanes dejaron siete policías y diez internos heridos, uno de los cuales aún se encuentra hospitalizado.
El sistema penal mexicano enfrenta una grave crisis marcada por el hacinamiento, fugas y violentos motines, como el registrado en febrero pasado en el penal de Topochico, en Monterrey (norte), que dejó 49 muertos.
Familiares angustiados
Más de un centenar de familiares se dirigieron al penal en la noche y muchos estaban todavía en frente de la cárcel en la mañana. Algunos llorando y arremolinándose frente a un cordón de unos 70 de policías, exigían noticias de sus allegados.
Este martes, «se les permitirá una visita extraordinaria para que constaten que los internos se encuentran bien», aseguró Manzur.
Natalia Gutiérrez, de 60 años y abuela de un interno, dijo que su nieto le llamó desde la cárcel advirtiéndole que se estaba armando un motín y que él se encontraba bien, pero asustado.
«Me dijo que estaba el relajo (desorden) bien duro y que sentía que les iban a someter a todos», contó Gutiérrez a la AFP.