El terrorismo está atacando directamente al servicio del transporte público de Honduras debido a que criminales hasta hoy desconocidos por las autoridades, les han metido fuego a tres unidades y tirotearon a otra en menos de una semana.
El viernes anterior, en la colonia Los Pinos, de Tegucigalpa, sujetos bien armados bajaron a los pasajeros y al conductor de una unidad y luego la rociaron de gasolina, para después lanzarle un cerillo, provocando que el automotor se prendiera en llamas, según las pesquisas de las agencias de investigación es por el mal llamado impuesto de guerra.
La mañana del martes anterior, un bus interurbano de Transportes Cristina fue atacado por supuestos pandilleros con armas de grueso calibre, cuando se dirigía hacia Tegucigalpa, provocando que la unidad tomara fuego, pese a que fueron sorprendidos por una patrulla de la Policía Militar del Orden Público (PMOP).
No habían pasado ni 12 horas cuando tres personas fueron masacradas en un bus de la ruta urbana en Puerto Cortés, y la mañana de ayer le metieron fuego a otro bus en La Entrada, Copán.
Para los operadores de justicia, estos son actos terroristas los que están enfrentando, y así serán acusados a los que se encuentren culpables.
Lo único que está en investigación, es si en realidad es por el impuesto de guerra o una competencia desleal de otros operadores, ya que la desaparecida Dirección General del Transporte (DGT) concedió permisos de operación sin investigar si los nuevos empresarios no estaban ligados al crimen organizado.
Lo cierto es que la muerte ronda las unidades, donde se transportan niños, adultos y ancianos, quienes desconfían de todo mundo, ya que no saben en qué momento un loco le va a meter fuego al bus o los vaya a balear.
El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), informó ayer que entre enero y mayo de 2015 al menos 50 personas perdieron la vida y otras 25 resultaron heridas en buses públicos.
Durante ese período de tiempo, se registraron unos 40 hechos violentos, en los que resultaron como víctimas alrededor de 75 personas, de las cuales, al menos, 50 murieron, en su mayoría por armas de fuego.
Las víctimas fueron 17 conductores, casi una docena de ayudantes, cerca de 20 pasajeros y unos 4 empresarios del transporte.
Entre los pasajeros figuran policías, exguardias de seguridad, operarios de maquila, maestros de educación, obreros y mujeres, también algunos delincuentes en el momento o después de cometer asaltos.
Asimismo, más de una docena de miembros de una iglesia que fueron atacados a tiros por personas que se cubrían el rostro con gorros pasamontañas fueron heridos el año anterior.
En menos de 24 horas se han dado seis muertos y se han quemado tres buses, señaló el dirigente del transporte en la capital, Gerardo Aguilar, quien confesó que ya no tienen a quién acudir, solo les toca esperar que las autoridades hagan bien su trabajo.
Aseguró que la Policía está bien informada y saben cuál es el mal que enfrentan los transportistas, lo único que podemos recomendar es que los operativos que han implementado como la ´Operación Tornado´ y otras, sean de forma permanente, que no sea algo mediático.
Además que, sigan con la depuración no solo con la Policía, sino que también con el Poder Judicial, porque consideramos que los jueces están coludidos debido a que vemos cómo quedan impunes algunos crímenes.
Lamentó que se capturan a los delincuentes y salen a los siete días para seguir delinquiendo, además es necesario depurar el transporte público, hoy no sabemos quién está operando en las calles, es necesario hacer un censo y depurar a los operadores del transporte y propietarios, demandó.