Con piedras y una botella un hombre mató a su pareja, con su bebé de nueve meses en brazos, cuando discutían en una plaza en las afueras de Buenos Aires, informó un comisario este miércoles, menos de una semana después de una masiva marcha contra los feminicidios.
«Encontramos a la mujer muerta con lesiones en el rostro y en la cabeza, tras ser golpeada con piedras y botella«, dijo el comisario Alejandro Moreno, sobre el crimen ocurrido el martes en la noche, en una zona obrera al sur de la capital argentina.
La víctima, identificada como Adela Maciel, de 41 años, era madre de ocho hijos, y según peritos forenses citados por medios locales, sufrió daños contundentes en el cuello y el cráneo.
La pareja se desplazó a la plaza pública mientras se produjo un apagón eléctrico en la zona. Una vez que volvió la luz, los vecinos encontraron muerta a Maciel, con su hijo al lado ileso.
En el barrio varios testigos identificaron al supuesto autor del crimen, que fue hallado por la policía durante la noche.
«Estamos tratando de establecer si la víctima mantenía o mantuvieron una relación con el hombre detenido. Creemos que es el padre del bebé«, agregó el comisario.
El crimen se produjo cuatro días después de una multitudinaria marcha que el viernes se reeditó por segundo año consecutivo en Argentina contra la violencia de género al grito del lema «Ni una menos».
Pese a que una marcha igual el año pasado multiplicó las denuncias y generó conciencia en la población, los asesinatos de mujeres por violencia de género no mermaron y sumaron 66 en los primeros tres meses del año, a razón de tres casos cada cuatro días.
Desde la marcha de 2015 hasta hoy se registraron 275 feminicidios, entre ellos hubo 57 mujeres apuñaladas, 66 baleadas y 40 golpeadas, según datos de la ONG Casa del Encuentro, la única en realizar la estadística desde 2008.
Argentina cuenta desde 2012 con una ley que pena con cadena perpetua al hombre «que mate a una mujer o a una persona que se autoperciba con identidad de género femenino».
Pero las organizaciones exigen la aplicación de un plan de erradicación de la violencia de género y la elaboración de estadísticas oficiales y de reforma educativa para instruir sobre la temática.