La Policía Nacional continúa realizando las debidas investigaciones para dar con la ubicación del recién nacido que fue sustraído de la sala de maternidad del Hospital Alemán Nicaragüense, en Managua, por una desconocida que iba vestida como médico.
Transcurridas la seis de la tarde de este miércoles, la Policía Nacional bajo sus distintas especialidades continuaba indagando los posibles accesos a este hospital.
De igual forma se hacía interrogación a testigos tanto del personal médico como de algunos familiares de pacientes, uno de estos un menor de edad, quien acompañaba a su mamá en su lecho de enferma.
Entre toda la consternación de la familia, las autoridades de salud advirtieron de nuevas medidas a tomar para el ingreso de personas en hospitales que atienden partos y recién nacidos. En primer medida ahora este centro hospitalario deberá identificarse plenamente y si es posible mostrar cédula.
Cómo sucedieron los hechos
A eso de las 7 u 8 de la mañana del miércoles llegó una mujer aparentemente de una estatura alta y de piel morena con una gabacha blanca como de médico, quien pidió al bebé de la sala de maternidad para aplicarle supuestamente una vacuna. Este niño que sería llamado Betzael y tiene un lunar en su rodilla izquierda ya nunca apareció más en este hospital.
El pequeño nació mediante una cesárea que le practicaron los médicos a Marianela Flores Maldonado, de 32 años, siendo este su tercer hijo.
Sus familiares expresaron que la madre había tenido preeclampsia y tenía 12 días de haber regresado de Costa Rica, junto con su esposo Azael Orozco Jarquín, que se desempeña como barbero y que no alcanzó a conocer a su hijo.
Tras las pistas del paradero de Betzael
El caso está siendo investigado por el área de Trata de Personas y otras especialidades de la Policía Nacional.
El comisionado general Juan Ramón Gámez, jefe de la Dirección de Auxilio Judicial, llegó al Hospital Alemán Nicaragüense y al anochecer del miércoles aún permanecía en ese centro hospitalario.
Se conoció que anónimamente alguien mandó un mensaje de texto asegurando que tenían al menor y la Policía rastrea ese número.
Toda esta familia asegura sentirse preocupada por que han pasado las horas y desconocen cómo avanzan las investigaciones, mientras que la madre del menor se encuentra en depresión pensando en que su hijo este bien y que lo estén alimentando.