El número de muertos por las lluvias caídas los últimos diez días en Sri Lanka asciende ya a 92 y el de desaparecidos se sitúa en 109, mientras los evacuados y campamentos de emergencia se han reducido a casi la mitad tras remitir las lluvias e inundaciones.
En la provincia de Sabaragamuwa, donde está situado el municipio de Aranayake, en el que tres aldeas fueron arrasadas por un deslave el pasado martes, continúan desaparecidas 109 personas y el balance de muertos se eleva a 25, dijo el mayor general Sudantha Ranasinghe, a cargo de las operaciones de rescate en la zona.
Los trabajos de recuperación de cadáveres avanzan con lentitud debido a las «dificultades» creadas por las precipitaciones que aún continúan en Aranayake, donde este lunes se ha encontrado un nuevo cuerpo y partes de otros.
Según el último balance del Centro de Gestión de Desastres (DMC, en inglés), el número de fallecidos en toda la isla es de 92 y el de evacuados se sitúa en unos 187 mil, frente a los 300 mil alcanzados la semana pasada durante el pico de las precipitaciones.
Los campamentos de emergencia que los albergaban se han reducido también de 611 a 303.
Botes llevan ayuda y recogen a enfermos en Sri Lanka
Cientos de botes recorrían las calles inundadas de la capital de Sri Lanka para llevar ayuda y rescatar a ancianos y enfermos de los techos de las casas, mientras se pronosticaban nuevas lluvias.
Las lluvias han provocado caos e inundaciones en el país, así como aludes que han obligado a miles a abandonar sus hogares.
En la capital, algunos residentes andaban con el agua hasta los hombros y llamaban desesperadamente a cualquier bote que pasara, rogando que los llevaran a tierra seca.
Sólo tenemos la ropa que llevamos puesta, dijo Eranda Dias, un mecánico de 27 años que escapó con su madre y su esposa cuando las aguas fétidas invadieron su casa en las afueras de la ciudad.