Pandilleros matan a tiros a un niño de 8 años y a su tío cuando venían de una iglesia en el departamento La Libertad en El Salvador.
Pedro Walter Portillo, de 64 años, y su sobrino Óscar G., de ocho, recién salían, el sábado pasado, de la Iglesia de Jesucristo Luz, Paz y Amor, ubicada en el kilómetro 35 en la carretera que conduce de Zacatecoluca a La Libertad, cuando fueron atacados a balazos por un sujeto.
Minutos antes Óscar había cantado una alabanza junto a la congregación y se disponía en volver con sus parientes a la casa de ellos, en la colonia Varela, en San Luis Talpa, La Paz, relató un pariente de Portillo.
Al salir de la iglesia, el pick up en el que viajaban varias personas que pertenece al pastor de la iglesia hizo un retorno para incorporarse a la carretera. A un costado del templo religioso un sujeto estaba estacionado en una motocicleta roja con un casco.
Al otro lado de la calle también estaba otro hombre cubierto de la cara que al ver el vehículo comenzó a disparar y una vez lo hizo corrió hasta la motocicleta y huyó con la persona que se encontraba en ella, según testigos del hecho.
El ataque provocó la muerte del señor, a quien intentaron llevarlo a la subdelegación de San Luis Talpa para que fuese auxiliado, pero expiró en el camino, mientras que Óscar fue trasladado con lesiones graves a un hospital y también falleció.
El hecho ocurrió a eso de las 5:45 p.m. Un pariente de Portillo detalló que solía viajar en su vehículo a la iglesia, pero este sábado fue la excepción, pues el carro estaba en mal estado y el pastor de la congregación se había ofrecido en irlos a dejar.
Óscar, dijo el pariente, llegaba a visitarlos seguido desde San Salvador porque era hijo de una sobrina que vivió con ellos. Sus padres volverían por él este domingo.
Pedro, dijo, tenía unos 15 años de congregarse en la iglesia, donde tenía el cargo de maestro y enseñaba la doctrina a los asistentes.
Hace cinco años el señor había dejado de trabajar de topógrafo en el Centro Nacional de Registro de Zacatecoluca y su tiempo libre lo ocupaba para estudiar a la Biblia y asistir a la congregación junto a sus dos hijos.
La pariente manifestó que ella trabaja de cocinera en San Salvador, pero que todos los viernes volvía a San Luis Talpa a pasar tiempo con su familia.
Respecto al móvil del crimen, una fuente aseguró que en noviembre del año pasado la familia recibió una llamada de un supuesto pandillero desde el penal de Izalco, quien le decía a esa familia que era un estorbo en la colonia donde vivían.
Eso, porque de acuerdo con la fuente, los pandilleros de la 18 que operaba en la zona, a veces llegaban frente a la casa y para que se fueran les daba $1, lo que pudo haber sido interpretado por la pandilla MS, con presencia en el caso urbano de San Luis Talpa, como una forma de colaboración.
Según la Policía, en el carro donde viajaba la familia Portillo también iba Heriberto, hijo de Portillo, un joven que hace dos años se habría retirado de la 18 Revolucionaria que tenía presencia en la colonia Varela pero que poco a poco dejó de controlar la zona porque algunos de sus miembros murieron, huyeron o están en la cárcel. El ataque, al parecer, iba dirigido contra él.
Pero al preguntarle a parientes de las víctimas sobre la vinculación con pandillas de uno de los pasajeros del pick up, dijeron que el hecho ocurrió porque la zona es peligrosa. Heriberto, según fuentes policiales, nunca ha estado en prisión, pero tiempo atrás se conoció que amenazó a un joven con un arma de fuego en la cabeza.