Un agricultor le costó la vida haber descubierto, sin pretenderlo, la cueva donde un grupo de pandilleros se escondían de la autoridad en el interior de un potrero en caserío Agua Fría, al norte de La Libertad, El Salvador.
En su carreta tirada por bueyes como era costumbre, Andrés Guardado de 63 años, salió desde muy temprano de la mañana del jueves (5:45 a.m.) hacia un potrero de su propiedad que se hallaba a unos cinco kilómetros de distancia de su casa.
Guardado se proponía acarrear un lote de leña en ese terreno cuando entre unos barrancos se encontró con unos sujetos que dormían en una cueva.
Los hombres estaban armados y seguramente molestos por haber sido descubiertos, la emprendieron contra el labriego, dijo la Policía.
Una persona comentó que los sujetos andaban huyendo de la autoridad, pues recuerdan que entre la noche del miércoles y madrugada del jueves hubo patrullajes de la Policía en la zona.
De acuerdo con las autoridades, los sujetos mataron a Guardado porque temían que fueran a delatarlos y más tarde ser capturados.
Además pudieron haber temido que por su denuncia surgiera un enfrentamiento entre ellos y la Policía que dejara como saldo a uno o más muertos como suele suceder en estos casos.
Su único hijo quien llegó a la zona, lamentó que su padre no le haya hecho caso de irse a vivir con él, al centro de Quezaltepeque.
Guardado estaba bien identificado con su entorno donde nació que prefirió seguir viviendo entre potreros, ganado y cultivos; que estar encerrado en una residencia en la ciudad.
Si bien, el 28 de febrero, un policía fue asesinado en ese mismo lugar, los habitantes tienen confianza en su territorio y se niegan a aceptar que la zona es peligrosa.
Agua Fría está a solo cinco kilómetros del centro de Quezaltepeque y su ingreso es factible por el buen estado de la calle vecinal.
Él era un hombre pacífico, tranquilo y trabajador, fue acarrear leña y se encontró con unos hombres que estaban durmiendo bajo unos matochos, explicó un lugareño.
Detalló que Andrés iba acompañado de otras personas quienes resultaron ilesas tras el ataque.
No descartan que los sujetos podrían haberles pedido dinero y al no darles, lo mataron, afirmó un familiar.
Otra familiar coincidió al decir que Andrés no se metía con nadie, que no tenía problemas con sus vecinos y que su vida era trabajar.
Para este jueves tenía encomendada la predicación en un grupo religioso de la zona, afirmó la familiar. Su carreta fue localizada cerca de donde se encontró su cadáver, la que fue entregada por las autoridades luego de someterla a una experticia.
El agente Gerardo de Jesús Dueñas Umaña, de 51 años, fue asesinado el 28 de febrero mientras descansaba en su casa en Agua Fría. Él estaba destacado en la subdelegación Miramonte en San Salvador.