El hondureño Braulio Bustillo se tatuó los ojos luego de ver el programa Tabú América Latina, de National Geografic, el cual explora prácticas extrañas y a veces perturbadoras en la región.
El procedimiento se conoce como tatuaje ocular o eyeball tattoo y para los más técnicos queratopigmentación, que consiste en la inyección de tinta entre la esclerótica y la conjuntiva. El pigmento queda entre ambas capas y se extiende por todo el ojo.
El hondureño también admitió que desde su niñez le han atraído las tendencias rock. «Me llamo la atención», cuenta y asegura que realiza este mismo trabajo de manera profesional.
«Esto lo hice solo, con la técnica correcta y la desarrolle bien. Esto me permite poder tatuar a otras personas. Como pueden ver – acercan la cámara a su rostro, y muestran el color negro que rodea su iris-, esto lo aplicamos dependiendo del color que el cliente quiera. Yo puedo usar el color amarillo, azul o verde. En mi caso es negro, dijo Bustillo a medios locales.
Con respecto a si causa algún malestar contó que mientras se aplicaba la tinta sintió un hormigueo, pero que no hay efectos secundarios. Hasta recomendó que lo único que no se debe hacer es asolearse, además de llevar una dieta estricta de no ingerir huevo o arroz.
El valor de este trabajo de acuerdo a Bustillo equivale a 2 mil dólares por ojo. En los Estados Unidos este procedimiento está valorado por unos $4 mil.