El regreso de decenas de miles de habitantes a Fort McMurray, en una región devastada por incendios, llevará más tiempo del previsto debido a los focos que seguían activos este miércoles en torno a esa localidad petrolera de la provincia canadiense de Alberta.
El tiempo seco y los vientos sostenidos del oeste favorecían el rápido avance de las llamas cerca de las instalaciones petroleras, situadas a decenas de kilómetros al norte de la ciudad, y más al este, hacia la vecina provincia de Saskatchewan.
Los servicios de incendios estimaban este miércoles que la superficie quemada en la región de Fort McMurray era de 4.220 km2, es decir, 670 km2 más en las últimas 24 horas.
«Tenemos unas condiciones de fuego extremas», y los vientos avivan las llamas, indicó Travis Fairweather, portavoz de Bomberos, a la televisión CBC.
En las últimas dos semanas se ha evacuado a más de 100.000 personas de Fort McMurray y poblaciones aledañas, que se han refugiado en Edmonton, Calgary y, en la mayoría de los casos, en casas de familiares en sus localidades de origen.
Los habitantes de Beacon Hill y Waterways, dos barrios del sudoeste de la ciudad totalmente devastados, tendrán que esperar varios meses para poder regresar a sus hogares.
Para los demás, el regreso se realizará de forma escalonada a medida que los servicios públicos y los comercios estén de nuevo operativos.
«De aquí a una semana» debe establecerse un calendario sobre las etapas del retorno de la población, dijo el martes la primera ministra de la provincia de Alberta, Rachel Notley, más tarde de lo previsto en un principio.
Es que las condiciones se han modificado al recrudecer los incendios y, sobre todo, las espesas columnas de humo que rodean la ciudad.
Los trabajos de rehabilitación de las redes e infraestructuras se han visto suspendidos o ralentizados, ya que los trabajadores tuvieron que refugiarse.
Una explosión que dañó casi una decena de casas y los incendios que surgen aquí y allá por toda la ciudad son signos de que no se cumplen las condiciones para el regreso de los habitantes, dijo Notley
17 fuegos activos
La red eléctrica se restableció en gran parte de la ciudad, y el flujo de gas retornó a un 60% de los inmuebles de Fort McMurray.
Las instalaciones petroleras siguen amenazadas por las llamas, al igual que los inmensos campamentos de viviendas prefabricadas en los que, en condiciones normales, residen decenas de miles de trabajadores del petróleo.
El martes, el fuego devoró 665 viviendas de uno de estos campamentos, que había sido evacuado unas horas antes.
Las petroleras Suncor y Syncrude, que a finales de la semana pasada hicieron retornar a gran parte de sus empleados para relanzar la producción, desplazaron a 8.000 personas al norte, hacia Fort MacKay, y dejaron apenas un centenar de empleados formados en la lucha contra los incendios.
El impacto en la producción petrolera es de alrededor de 1,2 millones de barriles diarios en el conjunto de la cuenca de Athabasca, al norte de Fort McMurray, según el instituto Conference Board.
En el conjunto de la provincia de Alberta, en la mañana de este miércoles seguían activos 17 incendios, dos de ellos fuera de control, según los servicios de incendio.