Turquía se vio sacudida el jueves por la revelación de una serie de presuntos abusos sexuales cometidos contra niños sirios en un campo de refugiados presentado como ejemplar por las autoridades turcas.
Un agente de mantenimiento del campo de Nizip, situado en la provincia de Gaziantep (sureste), cerca de la frontera siria, está acusado de haber violado al menos a ocho niños sirios de entre 8 y 12 años el pasado año, informó la agencia de prensa Dogan.
La agencia del gobiernos turco a cargo de situaciones de emergencia (AFAD), que gestiona este campamento donde viven 10.800 personas, indicó en un comunicado que «seguía de cerca» el caso.
Varios dirigentes europeos, entre ellos la canciller Angela Merkel y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, visitaron hace un mes el campo de contenedores vecino, Nizip II. Tusk alabó entonces la acción de Turquía, «el mejor ejemplo para el mundo de la forma en que habría que tratar a los refugiados».
El Partido Republicano del Pueblo (CHP), principal formación de oposición, ha pedido la apertura de una investigación parlamentaria y enviará el viernes a una delegación al campo de Nizip, indicó en Twitter Veli Agbaba, su secretario general adjunto.
Según el diario Birgün, el agente, detenido en septiembre, es sospechoso de haber violado a una treintena de niños, aunque la mayor parte de las familias no denunciaron por miedo a ser expulsadas. El fiscal pide 289 años de cárcel.
El hombre está acusado de haber atraído a sus supuestas víctimas a la zona de los aseos, donde los habría violado por sumas de entre 1,5 y 5 libras turcas (de 0,45 céntimos de euros a 1,5 euros), según Dogan.
«La AFAD ha tomado medidas para evitar nuevos incidentes de este tipo», indicó la agencia en su comunicado.
Turquía acoge oficialmente a tres millones de refugiados, incluidos 2,7 millones de sirios de los cuales tres cuartas partes viven fuera de los campamentos.