La tasa de asesinatos de El Salvador en lo que va de 2016 supera los 38 por cada 100.000 habitantes, por encima del índice de varios de sus vecinos centroamericanos en todo 2015, según datos oficiales revelados hoy.
De acuerdo con la información del director de la Policía de El Salvador, Howard Cotto, en lo que va de 2016 se han cometido 2.460 asesinatos, lo que equivale a una tasa de 38,43 por cada 100.000 habitantes.
En poco más de cuatro meses, El Salvador superó las tasas de asesinatos registradas por otros países centroamericanos en los doce meses del 2015.
En ese año, Guatemala tuvo una tasa de 29,5 muertes violentas por cada 100.000 habitantes; Panamá, 12, y Costa Rica, que vivió el año más violento de su historia, 11,4.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que un país enfrenta una epidemia de homicidios cuando supera una tasa de 10.
Las muertes violentas registradas por El Salvador hasta el 9 de mayo son superiores en un 43,18 % a las 1.718 que ocurrieron en el país en el mismo lapso de 2015.
El promedio diario de asesinatos en estos 130 días de 2016 es de 18,92 y de mantenerse esta tendencia hasta final de año, El Salvador llegaría a los 6.925 asesinatos.
Con esa cifra, tendría una tasa de 108 homicidios por cada 100.000 habitantes; superior a los 103,9 de 2015, año que es considerado el más violento de la historia reciente de este país.
Pese a estos datos, el Gobierno ha destacado en las últimas semanas una reducción de las muertes violentas del 41,6 % entre abril y marzo, cuando se presentaron 352 y 603, respectivamente.
«Yo creo que las medidas extraordinarias (de seguridad) han jugado un papel muy importante, el hecho de quebrar el nexo de comunicación entre los cabecillas de pandillas recluidos en los centros penales incide» al igual que el despliegue de más miembros de los cuerpos de Seguridad, aseguró Cotto.
El Gobierno salvadoreño realiza un ofensiva contra las pandillas, acusadas de generar los índices de homicidios que colocan a este país como uno de los más violentos del mundo, mediante el despliegue de un comando elite de 1.000 agentes, 300 reservistas y el endurecimiento del régimen carcelario.
Empero, el portavoz del Gobierno, Eugenio Chicas, aseguró hoy a Acan-Efe que no se deben hacer «números alegres» porque las medidas que han generado la reducción «apenas se están instalando».
«Sabemos que hay que seguir trabajando con mucho énfasis en profundizar estas políticas, para que lo que hoy es un retoño se pueda consolidar en el tiempo», señaló.