El 75 % de los estudiantes de las zonas más afectadas por el terremoto que golpeó en abril la costa norte de Ecuador se incorporó este lunes a las clases, tres semanas después del sismo, que causó daños a 560 escuelas, 166 de ellas con afectación media y grave, según fuentes oficiales.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, dijo este lunes en Jaramijó (provincia de Manabí, noroeste) que 88 escuelas se desplomaron por efecto del temblor que, con una magnitud de 7,8 en la escala de Richter, sacudió con mayor intensidad la provincia de Manabí y el sur de la de Esmeraldas.
La región Costa de Ecuador abrió la pasada semana el curso escolar, que se demoró hasta hoy en las zonas de mayor impacto del terremoto, donde el mandatario dio inicio oficial a las actividades con la inauguración de una unidad educativa en el cantón de Jaramijó.
Correa confió en que progresivamente retomen la actividad educativa todos los estudiantes y en que el 4 de julio todos los alumnos estén de nuevo en sus aulas.
Anunció que se instalarán 25 unidades educativas móviles prefabricadas que acogerán hasta 75.000 alumnos de la provincia de Manabí.
El mandatario destacó que durante los nueve años que lleva en el poder se han invertido 21.000 millones de dólares en educación y de ellos, cerca de 2.000 en la provincia de Manabí, y rechazó las críticas de quienes le acusan de derrochar recursos.
Correa arremetió contra políticos críticos y contra ciertos medios de comunicación que, según dijo, le reprochan no haber contado con fondos de liquidez para hacer frente a los gastos derivados de la catástrofe.
«Con los 30.000 millones que nuestra oligarquía tiene fuera del país, en paraísos fiscales, se podría hacer seis veces las Escuelas del Milenio que necesitamos, se podrían hacer cerca de 5.000 Escuelas del Milenio, cuando solo requerimos 900″, aseguró en referencia al modelo de centros educativos que impulsa su Gobierno.
También rechazó que disponer de fondos de estabilización hubiera sido la mejor solución ante los gastos ocasionados por el terremoto, pues disponer de 2.500 millones de dólares hubiera aliviado la falta de liquidez, pero hubiera significado no disponer de carreteras, puentes y hospitales o del servicio de Emergencias ECU 911, argumentó.
«Y la tragedia hubiera sido mucho mayor», declaró el presidente al subrayar que su Gobierno ha tomado «felizmente, las correctas decisiones».
Correa justificó también las medidas especiales que el Gobierno ha llevado al Parlamento para recaudar fondos de cara a la reconstrucción de las zonas afectadas, en especial el aumento por un año del impuesto al valor añadido (IVA) del 12 al 14 %, y dijo que equivale a una contribución de doce centavos diarios por ecuatoriano.
El mandatario, al tiempo, precisó que los más pobres no se verán prácticamente afectados por esta alza de impuestos, ya que el 90 % de los alimentos no están grabados con IVA, ni tampoco las medicinas.
Además, explicó que, en situaciones de desastres, tanto en Ecuador, en otras épocas, como en otros países, entre los que citó a Chile y a Japón, se han adoptado medidas fiscales semejantes.