Las autoridades en Canadá confían en que un descenso en las temperaturas y un poco de lluvia les ayuden a combatir un enorme incendio forestal que ha devastado partes de la ciudad de Fort McMurray.
La primera ministra de Alberta, Rachel Notley, dijo que el incendio se ha estabilizado a tal punto que podrá visitar la zona afectada y comenzar la siguiente fase de la operación del gobierno para determinar qué se debe hacer y en su momento permitir que la gente comience a regresar. Unas 25.000 personas que tuvieron que huir debido a las llamas recibieron autorización para regresar.
Más de 80.000 personas debieron huir de Fort McMurray, en el corazón de las arenas bituminosas de Canadá, donde las llamas destruyeron 1.600 casas y otras construcciones. Se suspendió el suministro de gas, el tendido eléctrico está dañado y el agua no es potable. Las autoridades dicen que no hay fecha para que la gente regrese a la ciudad, pero el gobierno provincial planeaba enviar el lunes a un equipo para hacer una evaluación preliminar.
David Yurdiga, legislador de la zona, recorrió Fort McMurray el domingo y dijo que ahora está más optimista.
«Regresaremos y nos pondremos de pie mucho más rápido de lo que pensé que sería», dijo a los periodistas justo en el sur de la ciudad. «Toda la infraestructura clave están en su lugar. Nuestros hospitales, escuelas, planta de tratamiento, están en pie».
Con temperaturas más frescas en los próximos tres o cuatro días, Chad Morrison, de la Unidad de Incendios Forestales de la provincia de Alberta, dijo que los bomberos podrán sofocar las áreas más difíciles. Y les han permitido proteger mejor la ciudad de Fort McMurray.
«Podemos realmente entrar ahí y realmente manejar este incendio y controlarlo definitivamente», dijo Morrison, quien agregó que se encontraba «muy contento» y consideró que el clima favorece enormemente el combate a las llamas.
La primera ministra detalló que el incendio se intensificó con menor velocidad de la que se temía y ahora abarca 1.600 kilómetros cuadrados (620 millas cuadradas). Afirmó que el fuego es un poco menor que el que se había esperado el sábado, cuando los funcionarios preveían que se duplicara en tamaño. Notley añadió que la ciudad puede ahora recibir servicios de emergencia y confirmó que el lunes la visitaría para evaluar los daños.
Las llamas continúan al oeste de la frontera de Saskatchewan y Morrison dijo que no se ha podido acceder a las instalaciones de arenas bituminosas de Suncor o Syncrude de Fort McMurray y que las minas en el norte no se encuentran bajo amenaza.
El domingo llovió. Las autoridades del Municipio Rural de Wood Buffalo, que incluye a Fort McMurray, tuitearon una fotografía de la lluvia y escribieron: «Fue sólo por unos cuantos minutos, pero la presencia de lluvia nunca había sido tan buena». Notley retuiteó la fotografía y escribió «¡Aquí esperamos mucho más!».
El ministro de Seguridad Pública Federal, Ralph Goodale, dijo que podrían estar en «un momento de cambio importante» pero es demasiado pronto para celebrar y subrayó que aún hay mucho trabajo por hacer.
Los funcionarios también completaron el traslado de cerca de 25.000 residentes de los campamentos de trabajo en el norte de la ciudad. Policías y militares supervisaron una procesión de miles de vehículos durante el viernes y el sábado y el traslado aéreo de miles de evacuados incluyó los campamentos de arenas bituminosas que usualmente albergan a los trabajadores.
No ha habido reportes de muertos ni heridos por el incendio mismo. Sin embargo, Notley confirmó el fallecimiento de dos personas en un accidente de tráfico durante la evacuación.