La ciudad canadiense de Fort McMurray, en el norte de la provincia de Alberta (oeste), permanece amenazada por incendios «catastróficos» que obligaron a evacuar de urgencia a unas 80.000 personas en un total de 100.000 habitantes.
Los incendios avanzan desde hace 48 horas y ya alcanzaron viviendas y parques reservados para las casas rodantes, muy comunes en esta región en la que el empleo depende totalmente de la actividad de las compañías petroleras.
«Es una pérdida en una escala difícil de imaginar para muchos de nosotros», dijo este miércoles el primer ministro Justin Trudeau.
«Las previsiones que tuvimos no solo fueron verificadas, incluso fueron peores de lo que podíamos imaginar», comentó la alcaldesa de la ciudad, Melissa Blake, durante una conferencia de prensa telefónica.
Las autoridades canadienses emitieron el martes un aviso de evacuación obligatoria de todo Fort McMurray, a causa de un importante incendio forestal, atizado por los vientos, que se cobraban las primeras viviendas.
A causa del rápido avance del incendio, se declaró obligatoria la evacuación total de la ciudad. Según el jefe de servicios de urgencia de Alberta, Scott Long, 80.000 personas habían abandonado Fort McMurray el miércoles.
«No puedo evitar recordarle a cualquiera que las próximas 24 horas serán cruciales», informó Bernie Schmidt, director delegado del bosque en Alberta.
«Son incendios catastróficos y la situación es explosiva», añadió el funcionario. Según él, los incendios ya arrasaron 10.000 hectáreas y más de 2.000 viviendas resultaron destruidas en los barrios más alejados del centro de la ciudad.
Los vuelos a Fort McMurray fueron anulados temporalmente desde este miércoles a las 14H00 GMT.
Al momento no se han reportado víctimas, según los servicios de urgencia, sin embargo se registraron importantes daños materiales. El incendio alcanzó el barrio de Beacon Hill, una zona habitada entre el río Hangingstone y la autopista 63, a 5 kilómetros del centro y donde el 80% de las viviendas resultaron destruidas con las llamas.