Sheldon Silver, expresidente de la Asamblea estatal y un maestro en los entretelones cuyo nombre fue sinónimo de poder político en Nueva York durante una generación, fue sentenciado el martes a 12 años de prisión, ocupando su lugar en la cima de la atestada alineación de políticos del estado que están tras las rejas.
Silver, un demócrata de 72 años de Manhattan, inclinó la cabeza ligeramente y cerró los ojos brevemente mientras la jueza federal Valerie Caproni anunciaba su destino.
«Espero que la sentencia que le impongo haga que otros políticos piensen dos veces hasta que sus mejores ángeles tomen el control, o, si no hay mejores ángeles, quizá el temor de vivir sus años dorados en un overol anaranjado», dijo Caproni, quien además impuso una multa de 1,75 millones de dólares y una confiscación de 5,3 millones.
Sheldon Silver encabezó la Legislatura durante más de dos décadas antes de convertirse en el centro de la mayor caída en desgracia política en Nueva York. El año pasado fue condenado en un caso de corrupción de cinco millones de dólares, en el que fue acusado de intercambiar favores para enriquecerse y de haber mentido al respecto.
«Yo creo en el sistema de justicia, y proseguiremos con todos los recursos que estén disponibles», dijo Silver cuando salía de la corte. Él está libre bajo fianza por ahora; deberá presentarse en la prisión el 1 de julio.
Su sentencia fue un momento destacado en la cruzada del fiscal federal de Manhattan Preet Bharara de limpiar un gobierno estatal al que ha llamado un «caldero de corrupción».
Más de 30 legisladores estatales han dejado el cargo desde el año 2000 bajo una sombra de acusaciones éticas o penales.
El republicano Dean Skelos, exlíder de la mayoría en el Senado estatal, será sentenciado en los próximos días en un proceso por corrupción. En un juicio separado, Skelos fue declarado culpable de utilizar su cargo para arreglar pagos y empleo para su hijo.