En los predios de la cárcel penal de Danlí, El Paraíso, fue encontrado el cuerpo putrefacto de una fémina, en el interior de un costal azul. La Fiscalía pudo identificar en la espalda de esta mujer tres tatuajes, en la columna cervical el nombre Jean Carlos, en el hombro derecho un corazón y en el hombro izquierdo una rosa.
El avanzado estado de putrefacción impidió el reconocimiento total de la víctima, por lo que fue trasladado a medicina forense de Tegucigalpa, para realizar la autopsia correspondiente.
Según el relato proporcionado por unos penitenciarios, el cuerpo se encontró debido a la presencia de aves de rapiña, que ya se lo devoraban, este se encontraba a un costado de una plantación de chile, producción del mismo instituto penitenciario.
El cuerpo a simple vista se encontraba atado de sus manos y desnudo; pero su ropa estaba en el interior del costal.
El director de la cárcel penal permitió el acceso a la prensa y la indagación de los hechos a fin de esclarecer como el cuerpo llegó hasta los predios del penal.