La fiscalía pidió este jueves más de 27 años de prisión para el capitán del paquebote italiano Costa Concordia, en la apertura del juicio en apelación por el naufragio que provocó 32 muertos.
Al abrirse esta instancia, un año después que el capitán Francesco Schettino fuera condenado a 16 años, sus abogados sostuvieron que además de su defendido hat «otros responsables» del naufragio.
«Vamos a pedir que se redefinan las responsabilidades de todos los protagonistas de este caso, y no solo la de nuestro cliente», dijo a la AFP Donato Laino, uno de los abogados de Schettino, al llegar a la audiencia.
Los abogados consideran el naufragio como el resultado de un «accidente organizacional». En este sentido, apuntarán a una responsabilidad de la compañía Costa, de los responsables del puerto vecino de Civitavecchia y del timonel indonesio del barco.
«Él espera que el juicio se convierta en lo que debería ser, un proceso centrado en la búsqueda de la verdad y no en el examen a una sola persona», afirmó uno de sus abogados, Saverio Senese.
Al término de la jornada, el fiscal subrrogante de la ciudad de Florencia, Giancarlo Ferrucci, pidió una pena de 27 años y tres meses de reclusión.
Schettino, apodado por la prensa «el capitán cobarde«, no participó en la audiencia esgrimiendo «motivos personales», según un texto que presentó ante las autoridades judiciales y que los medios italianos lograron procurarse.
Pero el condenado aceptó eventualmente asistir si «los jueces estiman útil mi presencia», agregó en el documento.
El accidente ocurrió el 13 de enero de 2012, cuando el capitán del crucero de 114.500 toneladas decidió acercarse a la isla italiana de Giglio, en la Toscana, una maniobra arriesgada que provocó el choque del barco contra los arrecifes.
Schettino tomó la decisión de no participar en la audiencia para evitar la «sobreexposición mediática» de la que fue objeto en el juicio en primera instancia en 2013.
Por su parte, el abogado de las partes civiles, Massimiliano Gabrielli, dijo a la AFP que pedirá una ampliación de las responsabilidades «especialmente en relación a Cruceros Costa».
El tribunal de Grosseto (Toscana) condenó en 2015 a Francesco Schettino a 16 de cárcel por homicidio involuntario, abandono de nave y desastre medioambiental.
Apenas se dio a conocer la sentencia, los abogados del excapitán presentaron un recurso en apelación
Entonces, la fiscalía de Grosseto también recurrió la sentencia y pidió la pena máxima de 26 años.
En sus conclusiones, los jueces estimaron que cuando Schettino abandonó la nave era consciente de que aún seguían a bordo cientos de personas. En el crucero viajaban 3.200 turistas y mas de mil tripulantes.
El fiscal tildó de «criminal» la decisión del capitán de realizar la arriesgada maniobra, con la que quería rendir homenaje, siguiendo una vieja tradición en Italia, a un comandante jubilado que pasaba las vacaciones en la isla y al jefe de los camareros del crucero, que nació allí.
Asimismo, la fiscalía estimó que la orden de evacuar se dio demasiado tarde y que se hizo de forma improvisada.
Durante un interrogatorio, Schettino minimizó su responsabilidad, y dijo haber sido mal informado por su tripulación, poco profesional.
Pero fue sobre todo su decisión de abandonar el navío, cuando cientos de pasajeros estaban aún a bordo, indignó a Italia, que no le perdona que violara la más elemental regla de la navegación.
El barco, que quedó semisumergido, fue reflotado y remolcado en julio al puerto de Génova para ser desguazado.