Un sacerdote católico argentino fue acusado formalmente el miércoles del presunto abuso sexual de una niña de tres años.
Néstor Monzón, de 47 años y párroco en la ciudad de Reconquista en la provincia de Santa Fe, unos 786 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, fue imputado del delito de abuso sexual gravemente ultrajante, informó el Ministerio Público de esa provincia.
Monzón había sido detenido la víspera tras la denuncia de los padres de la víctima. La acusación formulada por los fiscales Rubén Martínez y Alejandro Rodríguez deberá ser evaluada por un juez, que decidirá la situación procesal del cura.
Un canal de televisión local mostró imágenes del momento en que el sacerdote, que fue separado de la parroquia María Madre de Dios, era apresado por la policía mientras un vecino le profería insultos.
Los fiscales también investigan el presunto abuso de un primo de la niña, de cinco años.
La denuncia contra Monzón fue realizada por la madre de la menor en un centro de orientación de víctimas de la violencia sexual de la policía provincial. «Según consta en la denuncia, la niña y su primo manosearon al sacerdote en su zona anal y genital en la residencia católica en la que vive», dijo el fiscal Martínez en declaraciones recogidas en un comunicado del Ministerio Público.
Agregó que «se realizaron diversos estudios a la menor, a partir de los cuales se confirmó que la niña tiene desgarro parcial de su himen y fue contagiada con el virus del papiloma humano, una enfermedad de transmisión sexual».
Monzón fue separado de su parroquia por el obispo de la diócesis de Reconquista, Angel Macín.
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, dijo a la radioemisora Cadena 3 que «si hay un caso comprobado de abuso a un menor la Iglesia tiene que ser la primera en estar cerca de la víctima y condenar el hecho».
Al respecto señaló que el anterior papa, Benedicto XVI, hablaba de mostrar «tolerancia cero frente a casos comprobados».
Macín dijo a su vez a la radio Aire de Santa Fe que se debe apartar de sus servicios religiosos al sacerdote acusado de ese tipo de delitos mientras la justicia investiga. «Vamos a suspenderlo en las funciones hasta tanto concluya el procedimiento judicial y se lo restituye si es inocente o destituye si se demuestra culpable», afirmó.
El obispado de Reconquista manifestó a su vez su pesar «por las informaciones que son de público conocimiento» y expresó «su disponibilidad para colaborar con la justicia» y «su compromiso de cercanía y acompañamiento con todas las partes involucradas».
En Argentina otros sacerdotes católicos han sido investigados y condenados por la justicia penal por abuso sexual. Tal es el caso de Julio Grassi, creador de la Fundación Felices Los Niños, que cumple una pena de 15 años de prisión por abusar de uno de los menores a los que debía proteger.