Fuerzas de seguridad efectuaron ocho allanamientos en la capital, Mixco y San Jerónimo, Baja Verapaz, en Guatemala para capturar a supuestos integrantes de la banda Little Psyco Criminal de la pandilla Barrio 18, que extorsionan a transportistas y comerciantes.
Según investigaciones, en los últimos cinco años esta estructura criminal habría cobrado unos Q600 mil a sus víctimas, que amenazaban a través de llamadas telefónicas a celulares que ellos hacían llegar a los transportistas.
La mayoría de los líderes de la estructura delictiva se encuentran recluidos en diferentes centros carcelarios del país, quienes eran contactados con subalternos para coordinar los hechos criminales, según determinó la investigación del Ministerio Público (MP), y la División Especializada en Investigación Criminal de la Policía Nacional Civil (PNC).
El grupo criminal también es señalado de robo de motocicletas y automóviles que empleaban para cometer los crímenes.
Una operación este lunes que incluyó ocho allanamientos en la capital, Mixco y San Jerónimo, Baja Verapaz, permitió desbaratar la estructura.
Socios de la empresa de transporte víctima de extorsiones interpusieron la denuncia donde señalaban ser víctimas de cobros que iban desde Q1 mil 800 hasta Q2 mil 700 semanalmente, por un grupo que a cambio de no asesinarlos, exigía que se les entregara el efectivo mano a mano o a través de depósitos bancarios.
La empresa de transporte había sido víctima de la estructura criminal desde hace cinco años, pagando hasta Q600 mil a la organización criminal, según el detalle de las pesquisas realizadas por investigadores de la Policía Nacional Civil de Guatemala.
Luego del seguimiento a las personas que cobraban las extorsiones se estableció que estas también visitaban a privados de libertad, pandilleros del Barrio 18, por lo que se determinó que era desde los centros carcelarios que se dirigían las extorsiones hacia la empresa Patzunera.
El modo de operar de la banda era entregar un teléfono celular a sus objetivos para establecer la comunicación y a partir de allí exigir el pago extorsivo, luego de las entregas respectivas de nuevo se entregaba un aparato celular, de manera de cambiar el registro de las llamadas y evitar ser identificados, explicó el vocero de la PNC Jorge Aguilar.