La operación Arrecife estaba encaminada a asegurar todos los bienes de Javier Antonio Cerrato Oliva, supuesto testaferro de un narco en Honduras.
Una casa en la residencial Casa Bella fue ocupada ayer por agentes de la Oficina de Bienes Incautados, Dirección Policial de Investigación (DPI) y la Policía Militar como parte de un seguimiento de la operación Arrecife, que comenzó en enero de 2015.
Dicha acción dejó como resultado la ocupación de 53 bienes inmuebles, 22 cuentas bancarias, en dólares y lempiras, una embarcación y 37 vehículos. Dichas propiedades, según información de las autoridades, son propiedad de Javier Antonio Cerrato Oliva, señalado por presuntos nexos con grupos de narcotraficantes.
Ayer, como parte del seguimiento de la operación Arrecife fue ocupada la residencia en Casa Bella, la cual hace algunos días fue descubierta como uno de los bienes que están a nombre de Cerrato Oliva, a quien continúan investigando por supuesto lavado de activos.
Las primeras acciones se centraron en Trujillo, Sabá, Tocoa, Olancho, Yoro, La Ceiba y Tegucigalpa, Honduras, donde tenía bienes. Las investigaciones de la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN) afirman que Javier Antonio Cerrato Oliva es uno de los supuestos testaferros de un narcotraficante de Tocoa, Colón, donde había invertido en muchas empresas e inmuebles.
Las autoridades indicaron que Cerrato y su familia adquirieron en 16 años 52 bienes, de los cuales 16 los obtuvieron en los últimos tres años. Todas las propiedades están en poder de las autoridades, mientras en el Juzgado de Privación de Dominio se hace el proceso en el cual el propietario deberá aportar pruebas de que los bienes (las casas, vehículos, cuentas bancarias y empresas) fueron adquiridas con dinero lícito y no producto del narcotráfico, como señala el Ministerio Público en las acusaciones en contra del propietario.