Del restaurante El Madroño media cuadra arriba se registró un accidente de tránsito en el que el estado de ebriedad del conductor no le permitió esquivar a un pequeño perro, el que fue arroyado por el motorizado y terminó agonizando.
Mientras que el encabrado de nombre Carlos Castillo terminó con golpes en su cabeza y rostro, según testigos, el conductor no portaba su casco de seguridad.
A pesar de que paramédicos le insistieron al lesionado para ser trasladado, él se rehusó, por lo que miembros de la Cruz Roja Nicaragüense se desligaron de cualquier responsabilidad.
El conductor no estaba consciente de las gravedad de sus lesiones ya que eran en su cabeza, golpes que podrían agravar su salud con el tiempo, sin embargo, ni aún así quiso ser atendido por un especialista en un centro asistencial.
Otro incidente se registró propiamente en un monumento del barrio Camilo Ortega, lugar en el cual El Chele Matías pretendía dormir tranquilamente, pero sujetos desconocidos le propinaron una puñalada en uno de su glúteos, herida que necesitó atención prehospitalaria.
La lesión era una cortada, por lo que se puede deducir que el arma blanca utilizada para realizar esta fechoría, pudo ser un chuchillo. Contrario al motociclista ebrio, El Chele Matías fue trasladado a un centro asistencial para terminar la curación de su herida.