Rescatistas paquistaníes buscaban el miércoles a 23 personas sepultadas por un deslave en una zona montañosa en el norte del país, mientras subía a 92 el número de muertos por una tormenta inusualmente intensa. La mayoría de las víctimas y de la destrucción generada por las repentinas inundaciones y desmoronamientos se registraron en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, donde murieron 65 personas y 929 casas quedaron dañadas o totalmente destruidas, dijo a Reuters el funcionario de la gobernación Abdul Latif.
En la zona más alta de Kohistan Valley, unos 200 kilómetros al norte de la capital Islamabad, 23 personas están desaparecidas después de quedar sepultadas bajo 40 metros de tierra, agregó Latif. Dos cuerpos y cinco heridos fueron recuperados desde que se produjo el desmoronamiento, precisó.
Lo peor de la tormenta pasó el fin de semana y el pronóstico para el miércoles señala fundamentalmente clima seco en las áreas más afectadas, dijo el servicio meteorológico. Las autoridades indicaron que llevará algún tiempo desbloquear los caminos.
«Cuando los accesos estén despejados, nuestros equipos podrán ir casa por cada y evaluar los daños», dijo Latif.
Doce personas murieron en la zona de Cachemira de administración paquistaní y 15 víctimas fatales se registraron en el extremo norte en Gilgit-Baltistan.
El pasado lunes se contabilizaban al menos 61 personas muertas y miles seguían bloqueadas en Pakistán debido a las inundaciones y deslizamientos de tierra provocados por lluvias torrenciales.
Pakistán ha sido habitualmente golpeado estos últimos año por violentos episodios meteorológicos, que causaron centenares de muertos y destruyeron amplias superficies de tierra cultivable, una catástrofe en un país mayoritariamente agrícola.
En la temporada de lluvias del año pasado, torrenciales tempestades y crecidas de ríos provocaron 81 muertos y afectaron a más de 300.000 personas en todo el país.