La Dirección General de Centros Penales en El Salvador ha declarado estado de emergencia durante 15 días en las cárceles de San Francisco Gotera, Morazán; Izalco, Sonsonate; Ciudad Barrios, San Miguel; Cojutepeque, Cuscatlán, Chalatenango y Quezaltepeque, La Libertad. Simultáneamente fue trasladado ayer un grupo de 299 cabecillas de maras, considerados de alta peligrosidad, quienes estarían detrás de la escalada de violencia que deja un promedio de 22 homicidios diarios en el país.
Los delincuentes cabecillas de maras de diferentes pandillas entre procesados y condenados, provienen de las cárceles antes citadas, según lo confirmó ayer el ministro de Justicia y Seguridad Pública Mauricio Ramírez Landaverde, en el penal de Quezaltepeque.
El traslado es una de las medidas extraordinarias del Gobierno a través del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, para reducir la criminalidad.
La declaratoria de estado de emergencia implica que los internos solamente podrían salir de sus celdas por una condición grave de salud. Además las visitas familiares e íntimas serán suspendidas, solamente se permitirán las asistencias legales, explicó el director de Centros Penales, Rodil Hernández.
“A partir de ayer la Dirección General de Centros Penales, ha decretado el estado de emergencia en siete centros penales de todo el país”, dijo Ramírez Landaverde.
El ministro explicó que los 299 internos están identificados como los principales cabecillas de maras que mantenían la comunicación, la coordinación y la dirección del cometimiento de hechos delictivos desde el interior del sistema penitenciario.
Ramírez Landaverde aclaró que la reubicación de los principales cabecillas sería la primera medida a desarrollar en el marco de las operaciones del estado de emergencia.
El titular de Justicia y Seguridad Pública, también dijo que esperaba que las medidas aplicadas por el sistema penitenciario sean reforzadas por el Órgano Legislativo a través de un decreto que será presentado esta semana.
“Estas medidas adicionales que serán autorizadas por los señores diputados, vendrán a fortalecer y dar más facultades para que el sistema penitenciario se vea fortalecido en cuanto a su seguridad”, dijo.
Ramírez Landaverde aseguró que el grupo de cabecillas será sometido a un régimen penitenciario de mayor control y seguridad para garantizar su aislamiento y el cese de la comunicación hacia el exterior.
El ministro confirmó que las instalaciones del penal de Quezaltepeque han sido mejoradas, que cuenta con sectores de mayor control y seguridad. En esos recintos permanecerían aislados los cabecillas de maras ya sea temporal o permanente, explicó.
Por su parte, el director de Centros Penales de El Salvador detalló que las celdas donde estarán los cabecillas de maras son distintas al resto, es decir, que permiten un control adecuado del privado de libertad, los módulos no cuentan con energía eléctrica, sino con iluminación natural.
“La infraestructura garantiza que podamos ejercer un mejor control de los privados”, dijo Hernández.
Otra medida será la mayor presencia de custodios en las áreas donde permanecerían los nuevos reclusos.
La Policía Nacional Civil de El Salvador y la Fuerza Armada serán las responsables de los operativos, tanto internos como externos en los siete penales.