Cientos de indígenas y negros se concentraban este jueves en la capital de Honduras para marchar en reclamo de justicia por el asesinato de la ambientalista Berta Cáceres, perpetrado hace dos semanas sin que hayan trascendido avances en las investigaciones. Miembros de las siete etnias de Honduras acudieron a la capital desde sus comunidades en diferentes departamentos para encontrarse en un club social del sindicato de la cervecería, desde donde tenían previsto marchar a la sede del Ministerio Público.
«El pueblo (indígena) pech está presente para exigirle al gobierno de Honduras que se aclaren varias muertes, como la de la compañera Berta Cáceres«, declaró a periodistas Germán López, miembro del grupo indígena que habita en los departamentos de Olancho y Gracias a Dios.
Cáceres, una indígena lenca y coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh), fue asesinada a tiros el pasado 3 de marzo por desconocidos que entraron a su vivienda en La Esperanza, oeste, e hirieron al mexicano Gustavo Castro, el único testigo del crimen.
Salvador Zúniga, exesposo de Berta Cáceres, denunció que la policía impidió el paso a algunos de los grupos de indígenas que se transportaban hacia la capital.
Añadió que algunos de los que tuvieron problemas para pasar fueron los de Río Blanco, a los que Cáceres apoyaba en movilizaciones contra una compañía que pretendía construir una represa hidroeléctrica en un río de sus comunidades.
«Estamos viniendo para que se nos escuche», afirmó la dirigente garífuna Miriam Miranda. «Venimos con nuestros sahumerios, nuestras maracas, para exigir que haya una comisión internacional independiente e investigue por qué (la mataron) y que castigue a los culpables de la muerte de la compañera Berta», subrayó la líder hondureña.
«Queremos que salga DESA (Desarrollos Eléctricos Sociedad Anónima) del territorio lenca y cese la cacería de los compañeros del Copinh», demandó en alusión a la compañía que pretende construir la hidroeléctrica.
La movilización indígena coincidió con la llegada a Tegucigalpa de miembros de una delegación internacional que exige investigar el asesinato de Cáceres.
Entre los miembros de la llamada «Misión Internacional Justicia para Berta», el eurodiputado español Miguel Crespo Urban, su compatriota diputado Pedro Arrojo, la argentina Nora Cortiñas, de las Madres de la Plaza de Mayo, y el miembro de la Unión de Trabajadores de México, José Olvera.