El gobierno de Honduras ofreció el domingo una recompensa de 22.000 dólares a quien ofrezca información para dar con los cinco hombres armados con fusiles AK-47 que mataron a por lo menos 12 hombres. Los sicarios irrumpieron la víspera en un billar al oeste de Tegucigalpa y dispararon contra más de 30 clientes; otras tres personas resultaron heridas, informaron las autoridades.
«Ya conocemos la identidad de esos criminales, los que deben tener la certeza que los vamos a capturar y enjuiciar», dijo en rueda de prensa el comisionado general de la Policía, Iván Mejía.
«Pedimos a la población que brinde cualquier información contundente para acelerar la investigación», añadió.
Mejía dijo que no podía dar más detalles «para no interferir con la intensa investigación puesta en marcha al respecto», aunque atribuyó la matanza a presuntos pandilleros.
La masacre ocurrió el sábado al atardecer en un billar de la populosa colonia 1 de diciembre. La zona es controlada por la pandilla Barrio 18, que junto a la Mara Salvatrucha protagonizan hechos violentos en Honduras desde 1986.
Las autoridades dijeron que los atacantes algunos de los cuales vestían uniformes de la policía y chalecos antibalas penetraron sorpresivamente en el negocio, dispararon a mansalva contra los clientes y huyeron rápidamente en un automóvil que los aguardaba.
Los cadáveres de cinco víctimas quedaron tirados en el piso. Otros siete hombres, que resultaron heridos de gravedad, murieron posteriormente en el Hospital Escuela Universitario de la capital, dijo a The Associated Press el vocero de esa institución, Miguel Osorio.
Las autoridades encontraron un automóvil abandonado en las cercanías con un hombre muerto en su interior, que suponen estuvo involucrado en la masacre.
Las edades de los muertos oscilaban entre los 19 y los 50 años. Uno de los fallecidos era un joven que conducía un mototaxi que estaba estacionado a unos 50 metros del billar, aseguró la policía.
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, dijo que ratificaba su compromiso de «no dar ni un paso atrás en las acciones emprendidas contra grupos del crimen organizado que extorsionan a los hondureños y que ya han comenzado a ser golpeados con contundencia».
«Continuaremos hasta quitar a las pandillas todo lo que han amasado en sus actividades ilícitas», advirtió.
Las estadísticas oficiales indican que en 2015 hubo 360 muertes en 98 homicidios múltiples o masacres en el país, ligeramente por debajo de los 100 sucesos de esta clase reportados en 2014. Ese tipo de acciones prevalece en las regiones de Honduras con mayor concentración poblacional donde predominan el tráfico ilegal de drogas y armas y las extorsiones.
La delincuencia organizada emplea a los miembros de las pandillas como sicarios y para el cobro de extorsiones.
Cada día mueren al menos 14 personas en Honduras, con lo que casi 5.000 fallecen al año a causa de la violencia callejera. Honduras es uno de los países más violentos del mundo sin conflicto bélico.