Un tribunal turco condenó el viernes a cuatro años de cárcel a dos traficantes de personas por el naufragio de un barco de migrantes en el que murió Aylan Kurdi. El niño sirio que se convirtió en el símbolo de la tragedia de los refugiados. Un tribunal de la ciudad turca de Bodrum (suroeste) declaró a los sirios Muwafaka Alabash, de 36 años, y a Asem Alfrhad, de 35, culpables de «tráfico de migrantes».
Los condenó cada uno a una pena de cuatro años y dos meses de cárcel, indicó la agencia de prensa Dogan.
Pero, a falta de pruebas, los absolvió del cargo de «negligencia deliberada» que conllevó a la muerte de personas, indicó Dogan. Por ese crimen habrían sido condenados a una pena de hasta 35 años de cárcel.
Los hechos remontan al 2 de septiembre de 2015, cuando un barco de migrantes naufragó frente a las costas turcas intentando llegar a la isla griega de Kos. Doce personas murieron en el naufragio, entre ellas Aylan, un niño sirio de apenas tres años de edad.
Las imágenes del cuerpo sin vida de Aylan Kurdi, yaciendo boca abajo en una playa turca, dieron la vuelta al mundo y desataron una ola de indignación que obligó a la Unión Europea (EU) a entreabrir sus puertas a los migrantes, la mayoría refugiados provenientes de Siria e Irak.
En el naufragio murieron también su madre y su hermano, de cinco años.
Todos fueron enterrados días después de la tragedia en la ciudad siria de Kobane, una de las más castigadas por casi cinco años de guerra civil en Siria.
Padre acusado
El padre de Aylan, Abdullah Kurdi, que sobrevivió al naufragio, también estaba siendo juzgado por el mismo tribunal por haber «tomado» la embarcación accidentada. Pero los jueces decidieron abandonar los cargos en su contra.
Poco después de la tragedia, se acusó al padre de Aylan Kurdi de haber organizado este viaje clandestino por el mar Egeo, algo que siempre desmintió.
Kemal Ertugrul, uno de los abogados de los traficantes, criticó la decisión del tribunal y afirmó que «todos los testigos y sobrevivientes dicen que Abdullah Kurdi fue quien organizó» el viaje.
Este caso despertó indignación en el mundo pero no impidió que miles de personas siguieran intentando llegar a Europa cruzando el mar Egeo, poniendo su vida en peligro.
En 2015 más de 850.00 migrantes consiguieron cruzar el mar Egeo y entrar en Grecia.
Desde principios de 2016, más de 130.000 lo han logrado y 321 han perdido la vida, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Turquía, que acoge oficialmente a unos 2,7 millones de sirios y a 300.000 iraquíes, es uno de los principales puntos de salida de los migrantes que quieren instalarse en Europa.
Las autoridades turcas firmaron en noviembre un plan de acción contra la migración clandestina pero no han logrado frenar el flujo de migrantes a Europa que el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, dijo el jueves «sigue siendo demasiado alto».