Las policías de España y Marruecos detuvieron este martes en Ceuta y Nador a cuatro personas, entre ellas un antiguo preso de Guantánamo, sospechosas de formar una célula yihadista, dispuesta a actuar, anunció la policía española en un comunicado. Los miembros del grupo, tres españoles y un marroquí, tenían «la plena disposición de realizar actos terroristas en territorio español», afirmó el ministerio del Interior español.
En el comunicado se precisó que habían gestionado contactos para dotarse de armas y sustancias que podrían utilizarse en artefactos explosivos.
La policía sin embargo no dio detalles sobre esos supuestos contactos.
Uno de los detenidos «recibió formación militar y de combate en campos de entrenamiento de Afganistán», antes de ser internado en la prisión de Guantánamo, explica el comunicado, sin precisar si este hombre fue detenido en Ceuta o en Marruecos.
«El hecho de que este líder haya sido adiestrado en el manejo de armas, explosivos y táctica militar, confiere a esta célula una especial peligrosidad», asegura el Ministerio.
Los detenidos, arrestados en una operación conjunta de los servicios de inteligencia de España y Marruecos, también son sospechosos de formar «una célula de captación, adoctrinamiento y radicalización».
Su actividad, afirma la policía, «se centraba en el reclutamiento y envío de combatientes a las filas de la organización terrorista Dáesh (acrónimo del grupo Estado Islámico en árabe)» y la búsqueda de individuos «dispuestos a la posible comisión de acciones terroristas en cualquiera de los dos países en nombre de la citada organización».
El grupo utilizaba medidas de seguridad como reuniones de madrugada, ausencia total de comunicaciones telefónicas y mensajes encriptados para intentar burlar la vigilancia de las fuerzas del orden.
Paradójicamente, la policía asegura que el grupo comunicaba mucho en internet y en las redes sociales.
El hermano de uno de los detenidos murió «tras ejecutar una acción suicida en Siria» por cuenta del EI, según el comunicado.
España se dotó recientemente de una legislación para luchar mejor contra el reclutamiento de candidatos a la yihad que considera delito las actividades de adoctrinamiento, incluso en internet.
Madrid sufrió en marzo de 2004 el mayor atentado yihadista cometido jamás en Europa, una serie de bombas colocadas en varios trenes que dejaron 191 muertos.
La barriada pobre y superpoblada de El Príncipe en Ceuta, en la orilla sur del estrecho de Gibraltar, está en el corazón de la mayoría de investigaciones sobre las redes yihadistas en España.