Unas 28 personas murieron el miércoles y decenas resultaron heridas en un ataque con bomba contra autobuses militares cerca de los cuarteles centrales de las fuerzas armadas en la capital de Turquía, dijeron autoridades. El Ejército turco condenó el ataque en Ankara, al que describió como terrorista, contra los buses mientras esperaban en un semáforo.
Un portavoz gubernamental dijo que 28 personas murieron y 61 resultaron heridas por la explosión, que se produjo en una concurrida intersección a menos de 500 metros del Parlamento y en un momento de mucho tráfico.
El ministro de Justicia, Bekir Bozdag, dijo en Twitter que el ataque fue un acto de terrorismo. El primer ministro, Ahmet Davutoglu, que tenía previsto partir el miércoles más tarde hacia Bruselas, canceló el viaje, informó un funcionario de su oficina. No hubo una adjudicación inmediata de responsabilidad.
«Escuché una explosión enorme. Había humo y un olor realmente fuerte, a pesar de que estábamos a unas cuadras de distancia», dijo a Reuters un testigo.
Imágenes en las redes sociales mostraron los restos calcinados de al menos dos autobuses y un auto. La explosión provocó una enorme columna de humo sobre el centro de Ankara.
Turquía, miembro de la OTAN, enfrenta múltiples amenazas de seguridad. Es parte de una coalición liderada por Estados Unidos que lucha contra Estado Islámico en Siria e Irak y ha estado atacando a combatientes kurdos en el norte sirio en los últimos días.
También ha estado luchando contra militantes en el sudeste de su país del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, que ha llevado adelante una insurgencia de tres décadas en reclamo de autonomía kurda. El PKK ha realizado frecuentes ataques contra blancos militares en el pasado, aunque se ha enfocado en el sudeste del país, de mayoría kurda.