Un árbitro en Argentina fue asesinado a tiros por un jugador que acababa de ser expulsado, según la prensa local.
César Flores oficiaba un partido de aficionados en Córdoba, a unos 700 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, cuando mostró a un jugador no identificado una tarjeta roja. El jugador, enfurecido, tomó una pistola de su bolsa y regresó al terreno de juego, disparándole tres veces al árbitro, de 48 años.
«Todo sucedió durante el partido«, dijo una fuente policial a la agencia de noticias EFE. El sospechoso sigue en libertad.
Otro jugador también fue gravemente herido en el tiroteo, pero sus heridas no son potencialmente mortales. América Latina ha experimentado violencia en los campos de fútbol en el pasado.
El año pasado un árbitro en un partido de aficionados de Brasil apuntó con una pistola a un jugador que lo había asaltado, y en 2013 un jugador fue apuñalado por un árbitro durante una expulsión. Después, el árbitro fue secuestrado y torturado por los fans, antes de ser lapidado hasta la muerte por los miembros de la familia del jugador.