Trece personas, entre ellas cuatro mujeres, que se trasladaban en camionetas en Sinaloa, en el noroeste de México, fueron asesinadas en una emboscada. La masacre fue realizada por hombres fuertemente armados, informó el domingo la fiscalía estatal.
El ataque se registró el sábado en un poblado rural del municipio de San Ignacio en los límites entre Sinaloa y Durango, una zona cercana a las montañas donde hace unos meses se escondía el entonces poderoso capo Joaquín «Chapo» Guzmán, recapturado el 8 de enero pasado.
«Se trató de una emboscada (…), los estaban esperando y cuando los tuvieron cerca les dispararon con fusiles AK-47, mejor conocidos como cuernos de chivo», dijo a la AFP un funcionario de la fiscalía estatal que pidió el anonimato.
Unos cadáveres quedaron en las cabinas y cajas de las camionetas, y otros a unos metros de los vehículos, dijo el funcionario.
Un hombre, que quedó herido en el ataque fue trasladado a un hospital de Mazatlán, a tres horas de San Ignacio, y otra persona de 36 años fue detenida por portar un arma de grueso calibre.
Elementos del Ejército y de la Marina Armada resguardaron el sábado la escena del crimen e iniciaron las indagatorias.
El alcalde de San Ignacio, Amado Loaiza Pérez, lamentó la presencia de grupos del narcotráfico que utilizan su municipio para salir y entrar de la sierra donde se ocultan.
La zona conocida como el «Triángulo dorado», una montañosa área de difícil acceso, en la que limitan los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua, es bastión del poderoso cártel de Sinaloa donde produce grandes cantidades de marihuana y amapola.
Las disputas de los cárteles del narcotráfico y las operaciones militares en su contra han dejado en México más de 80.000 muertos desde finales de 2006, cuando se inició la ofensiva militarizada contra estas organizaciones criminales.