Al fondo de un cauce de casi 15 metros de profundidad fue a quedar el señor de Darling Aguilar de 37 años, después de caer aun sin razones conocidas. Fueron sus gritos los que avisaron a los vecinos del sector de la Cañada que estaba retorciéndose del dolor.
No se puede dar una hipótesis de cómo quedó en este lugar, ya que a pesar de andar circulando en estado de ebriedad, aseguran que no es de los borrachitos que hacen locuras cuando andan bajo los efectos conseguidos por el dios vaco.
Lo extraño del caso es que segundos antes de escuchar al hombre al fondo del cause, un carro estaba pasando y frenó de manera repentina, provocando la creencia de que este carro solo recordado por ser color mamón, pueda tener algo que ver con lo sucedido. La mamá del sujeto se encontraba llorando pues los gritos del hombre la hacían creer que la situación era grave, cosa que gracias a Dios no era cierta; pero tampoco había salido ileso.
Con ayuda de los pobladores de este lugar miembros de la Dirección General de Bomberos usaron los materiales necesarios para realizar el rescate del hombre, evaluándolo estando ya fuera y pudiendo constatar que sus dos miembros inferiores estaban fracturados, sumado a eso presentaba excoriaciones en varias partes del cuerpo, producto de las vueltas que dio mientras llegaba al fondo del cauce donde quedó tirado y sin poderse mover.
En compañía de su esposa fue llevado al hospital Alemán Nicaragüense para ser evaluado por las especialidades necesarias y descartar con mayor seguridad los peligros que semejante caída podía conllevar.