Un conato de incendio se dio en una pulpería ubicado en el barrio Bóer. Todo ocurre cuando no se encontraba ningún adulto en la venta, solamente dos menores de 10 años quienes atendían el negocio.
La propietaria con lágrimas en los ojos relató que la posible causa pudo ser una mantenedora que siempre se mantiene conectada a la energía eléctrica.
El incidente redujo a cenizas una cama, un mueble, un ropero, el cielo falso y enseres de la pulpería, que supuestamente las pérdidas se aproximan a los 1,000 dólares.
Dos unidades del Benemérito Cuerpo de Bomberos llegaron al lugar para asegurarse que la situación estuviera controlada realizando trabajos de enfriamiento.