El volcán Sakurajima entró en erupción este viernes en el sur de Japón, dejando imágenes espectaculares de lava rojiza elevándose al cielo, anunció la agencia meteorológica japonesa. El volcán está separado por una bahía de la ciudad de Kagoshima (600.000 habitantes), a casi 1.000 km al suroeste de Tokio.
La erupción comenzó a las 18H56 (09H56 GMT), informó la agencia en su página web. Por el momento no se tiene constancia de daños ni de heridos.
Los flujos piroclásticos (una mezcla de gas, ceniza y fragmentos de piedras) podrían proyectarse a un perímetro de 2 km, advirtió la agencia, que elevó el nivel de alerta a 3 (en una escala de 1 a 5) y restringió el acceso al lugar. No se ordenó la evacuación de los 4.000 habitantes de la isla.
«Sentí que hacía viento y abrí la ventana. Había columnas de fuego ascendentes y luces centelleantes como relámpagos», describió un habitante a la televisión pública NHK. «Estoy preocupado porque ahora no sé qué va a pasar», reconoció.
Un experto de la agencia meteorológica hizo un llamamiento a la prudencia. «La actividad volcánica del Sakurajima podría intensificarse», advirtió en rueda de prensa en Tokio.
«Los habitantes de los alrededores deben tener cuidado porque las cenizas pueden llegar lejos», dijo. Añadió que existe un riesgo de «deslave en caso de lluvia».
Un experto consultado por la cadena pública es más tranquilizador. «Es posible que aumente la frecuencia de las erupciones, pero este incidente no conlleva necesariamente una erupción masiva», estimó Masato Iguchi, profesor del Centro de Investigaciones Volcánicas de Sakurajima en la universidad de Kioto, en declaraciones a NHK.
«Hay que vigilar el volcán atentamente», matizó empero.
El volcán, a 1.117 metros de altitud, se sitúa a unos 50 km de la central nuclear de Sendai, cuyos reactores 1 y 2 entraron de nuevo en servicio recientemente.
La compañía eléctrica a cargo de estas unidades, Kyushu Electric Power, aseguró no haber constatado un impacto de la erupción en las instalaciones, según la prensa.
Las autoridades consideraron que estos reactores se ajustaban a los criterios impuestos después de la catástrofe de Fukushima en marzo de 2011, pero los habitantes se quedaron perplejos y las organizaciones antinucleares se opusieron a su entrada en funcionamiento por estimar que no se tomaron en consideración los riesgos sísmicos y volcánicos.
Desde 2009, el volcán Sakurajima registra entre 500 y 1.000 pequeñas erupciones cada año.
En agosto de 2013, una erupción espectacular esparció cenizas por toda la región.
Japón se encuentra en el cinturón de fuego del Pacífico, una zona sísmica y volcánica.