Una invasión de serpientes que viajan sobre camalotes, consecuencia de las crecidas e inundaciones al noreste de Argentina, obligó a clausurar playas del río Paraná y de la Plata en pleno verano austral, informaron este lunes autoridades.
El fenómeno llegó el lunes a las costas del Río de la Plata, en la costanera de Buenos Aires, y a Quilmes, al sur de la capital.
Reptiles, nutrias y lagartos se desplazan sobre camalotes, una planta acuática típica de la zona que forma especies de islas flotantes y vienen bajando por las aguas desde el noreste del país.
«Concientizamos sobre el riesgo y el peligro que hay hoy (lunes). Hay nutrias y yararás y especies de ofidios que son venenosas», advirtió Matías Leyes, delegado de La Ribera de Quilmes.
Según Leyes, «las playas de Quilmes se cerraron por prevención. Realizamos en semana la limpieza de la ribera y por eso avistamos las serpientes sobre la vegetación subacuática, los camalotes».
Los animales y alimañas ya habían obligado a clausurar durante el fin de semana concurridas playas del río Paraná, a la altura de Rosario, una ciudad de 1,3 millones de habitantes, 310 km al norte de Buenos Aires.
En esta ciudad portuaria el fenómeno llevó a que se reportara un jabalí en un parque, dos chanchos salvajes caminando por las calles del centro, un zorrito desconcertado en un barrio, e innumerables culebras, alacranes y «bichos del fuego», llamados así porque causan ardor al rozar la piel de las personas.
También se vieron en las calles nutrias, mulitas y lobos de ríos, fauna autóctona habitualmente presentes en la costa, pero rara vez en la ciudad.