Una gran explosión sacudió el jueves el centro de Yakarta cerca de un popular centro comercial y un periodista de Associated Press vio al menos un cadáver en el lugar.
Se oyeron disparos tras la explosión a media mañana ante el centro comercial Sarinah una zona donde también hay muchos hoteles de lujo embajadas y oficinas incluida la francesa.
No estaba claro quién era el autor de los disparos pero había una gran presencia policial en la zona que impedía a los reporteros acercarse al lugar de la explosión.
Los testigos dijeron que la explosión había sido obra de un atacante suicida pero no había confirmación inmediata sobre ese detalle.
Indonesia ha sufrido varios atentados con bombas en el pasado reivindicados por grupos armados islamistas.
El país está en alerta desde que las autoridades dijeran haber frustrado una trama de milicianos islámicos para atacar a miembros del gobierno extranjeros y otras personas. Durante la noche de Fin de Año se desplegaron unos 150.000 policías y soldados para proteger iglesias aeropuertos y otros lugares públicos.
También se desplegaron más de 9.000 policías en Bali donde en 2002 murieron 202 personas en el peor atentado terrorista registrado en Indonesia.
La seguridad se centra en evitar ataques contra regiones vulnerables como Yakarta señaló el mayor general Anton Charliyan portavoz de la policía nacional.
El encarcelado clérigo islámico radical Abu Bakar Bashir apeló el martes ante un tribunal indonesio su condena por financiar un campo de entrenamiento de terrorismo y alegó que su apoyo al campo había sido un acto religioso.
El líder de la red armada Jemaah Islamiyah de 77 años solicitó una revisión judicial de su sentencia de 2011 en la que se le condenó a 15 años de prisión por establecer el campo en la provincia de Aceh. Un tribunal superior redujo después su pena a nueve años.