La policía belga halló tres cinturones confeccionados a mano, rastros de explosivos y una huella dactilar de un sospechoso de los atentados de París del 13 de noviembre, Salah Abdeslam, en un departamento de Bruselas en donde este prófugo de los ataques podría haberse escondido.
La fiscalía belga indicó que el hallazgo se produjo el 10 de diciembre en un allanamiento de un departamento de la comuna de Schaerbeek de la capital belga.
La información sobre los descubrimientos se filtró a la prensa este viernes.
En un comunicado, la fiscalía indicó que, en el marco de la investigación por los atentados de París, confirmaban «el hallazgo de material destinado a la preparación de explosivos así como rastros de TATP en un allanamiento el 10 de diciembre», un explosivo altamente inestable utilizado en los atentados del 13 de noviembre.
En el lugar, los investigadores hallaron «tres cinturones confeccionados a mano y que podrían haber sido destinados a transportar explosivos«.
La policía también «descubrió una huella dactilar de Salah Abdeslam» un sospechoso clave de los atentados de París cuyo hermano Brahim se hizo estallar en las calles de París.
Salah Abdeslam, un francés de 26 años residente en la comuna de Molenbeek, vecina a la de Schaerbeek, se encuentra prófugo desde los ataques coordinados en diferentes puntos de la capital francesa que dejaron 130 muertos y centenares de heridos.
Estos hallazgos confortan la hipótesis adelantada por Francia de que los ataques de noviembre fueron preparados y organizados en Bélgica, desde cuya capital partieron varios de los comandos días antes de los ataques.
La policía belga halló «la huella [dactilar de Salah] pero no tenemos idea cuándo pasó por el departamento» allanado el 10 de diciembre, si antes o después de los atentados del 13 de noviembre, indicó a la AFP el portavoz de la fiscalía Eric Van Der Sypt.
«Quizás fue allí a recoger su cinturón [antes de los ataques de París], o quizás pasó por allí luego» de los atentados, añadió. «Las dos opciones son posibles», especuló.
En el marco de la misma investigación, los investigadores belgas, según la fiscalía, buscan determinar con certeza quiénes eran las personas que estuvieron en contacto telefónico desde Bruselas con los atacantes de París y que podrían ser los instigadores.
La hipótesis principal es que se trata de dos personas con orden de captura internacional emitida el 5 de diciembre por la justicia belga. Estos dos sospechosos fueron controlados junto a Salah Abdeslam el 9 de septiembre en la fronteras entre Austria y Hungría. Presentaron entonces documentación de identidad belga falsa.
Un portavoz de la fiscalía indicó a la AFP que «aún no se probó que estas dos personas estaban en contacto con la gente de París. Es una pista».