«No sólo es un grave crimen, sino que también perturba el ejercicio de los derechos políticos de las mujeres», dijo la oficina para las mujeres y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Derechos Humanos en un comunicado conjunto.
La ONU pidió a las autoridades mexicanas «investigar, con perspectiva de género, este asesinato y capturar, juzgar y sancionar a sus autores intelectuales y materiales».
Naciones Unidas reconoció que México había logrado avances para tener una mayor participación de las mujeres en los espacios políticos.
El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto impulsó en 2013 una norma que obliga a los partidos políticos a que sean mujeres el 50% de sus candidatos para ocupar cargos de elección popular.
Sin embargo, el crimen contra Gisela Mota, alcaldesa de Temixco, un municipio ubicado a 90 km de la capital mexicana, podría tener un efecto inhibitorio para la participación femenina en los espacios públicos, expresó la ONU.
Las autoridades han dicho que detrás del crimen está una banda del crimen organizado denominada Los Rojos, que en Temixco mantiene una violenta disputa con la organización criminal Guerreros Unidos.
De acuerdo con el gobierno estatal, Los Rojos habrían mandado a matar a la alcaldesa, un día después de haber tomado protesta, porque apoyaba el «mando único», una estrategia de seguridad integrada por policías municipales y estatales.
Los Rojos quieren evadir esa estrategia y tratan de intimidar a alcaldes de la región, ha dicho Graco Ramírez, gobernador de Morelos, el estado en el que se encuentra Temixco.
Casi 100 alcaldes y más de 1.000 trabajadores de alcaldías han sido víctimas de ataques en México en la última década, de acuerdo con la Asociación de Autoridades Locales de México.