William González es un joven nicaragüense de 19 años que se ha hecho un espacio en los círculos literarios de Madrid. Cursó sus primeros años de estudio en el Colegio Público Rubén Darío ubicado en el Barrio San Luis Sur de la capital, Managua.
William fue un alumno que destacó desde pequeño por sus extraordinarios dotes académicos, desarrolló un gusto por la literatura y la poesía luego de leer a los 8 años la obra primigenia de nuestro Príncipe de las Letras Castellanas, Rubén Darío, Azul.
A los 11 años, finalizando su quinto grado de primaria, su familia decide migrar a España, ahí el pequeño William continúa sus estudios primarios, obteniendo la máxima calificación en todos los exámenes de requisito para graduarse y recibiendo un reconocimiento por su excelencia académica por parte de la escuela.
Su formación académica continúa, siempre con reconocimientos por su excelencia académica durante la secundaria y bachillerato, a la vez que inicia con sus primeros escritos, participa en concursos de poesía organizados por su colegio, IES Renacimiento, ganando en el año 2015 el segundo lugar en el Certamen de Poesía.
Grandes reconocimientos
Continuó participando en los Certamen de Poesía de IES Renacimiento, siempre quedando finalista entre los primeros puestos de las categorías de premiación, hasta que en 2019 logra obtener el primer lugar. También en 2019, participa en el I Concurso de Creación Literaria “Tránsitos de papel: Las Migraciones en el Arte” organizado por la prestigiosa Universidad de Los Andes de Venezuela en el cual obtiene el primer lugar por su poemario titulado “Noches de nostalgia y ruidos de melancolía”.
Ha publicado diversas colaboraciones en libros de poesía para la Editorial Diversidad Literaria, igualmente ha realizado diversos artículos en el diario digital “El Generacional”.
Actualmente se encuentra cursando un Doble Grado de Lengua y Literatura más Periodismo en una de las universidades más prestigiosas de España y del mundo, la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
En un futuro le gustaría seguir su formación académica hasta obtener el grado de doctorado. Su sueño es seguir los pasos del poeta que le inspiró a perseguir una carrera literaria, Rubén Darío, y convertirse en Diplomático, representar a su amada tierra natal como Embajador.
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Su meta es continuar dejando en alto el nombre de Nicaragua, el país que lo vio nacer y en donde empezó sus estudios gracias a la educación gratuita que existe en nuestro país. “A todos y cada uno de ellos (los nicaragüenses) trato de representarlos de la mejor manera posible y lo seguiré haciendo hoy, mañana y siempre”, comentó.