“El perro es el mejor amigo del hombre”… Esta popular expresión queda plasmada en Nicaragua con la bonita historia de Don Félix David Cano de 80 años y su fiel e inseparable mascota Ranger.
Don Félix Cano hace seis años sufrió un grave accidente de tránsito en motocicleta donde resultó con dos discos de la columna fracturados, dejándolo en silla de ruedas de por vida. Y aunque decirlo sea cruel y muy triste, afirma que ni sus hijos hacen lo que hace su can por él.
“Él es mi CPF sin sueldo, es mi mejor amigo y compañía, sale a todos lados conmigo, no le importa el peligro, si está con hambre o sed; vaya a donde vaya él me espera y después va a la par de mi silla de rueda, cosa que ni mis hijos hacen, peor mis nietos. Tristemente desde que me accidenté me han dejado en el olvido”, dijo Cano.
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“Es gran acompañante de él, lo sigue a donde vaya y donde él está no se mueve de ahí. Tiene una gran habilidad para esquivar los carros y cruzar la calle. Cuando otros perros lo quieren atacar se escapa como bala o se protege cerca de la silla de rueda junto a él”, expresó Francisco Cano, hermano de Félix.
El doctor Noel Martínez, especialista veterinario, explica el vínculo perro-hombre y es gracias a una hormona llamada oxitocina que hace que un can realice hazañas increíbles.
“Hay una hormona llamada oxitocina que crea una función súper importante que hace una memoria del perro con su amo, es decir que recuerden cosas de sus amos, que lo acompañe a hacer hazañas difíciles de creer. Entonces está comprobado que el perro es fiel. Hay casos como perros que llegan a la tumba de la persona que los crió hasta que se mueren; hay tanta evidencia que demuestra que la amistad de un perro es para toda la vida”, manifestó Martínez.
Aunque los perros ven en blanco y negro, según Martínez son capaces de desarrollar habilidades como las de Ranger que sabe el momento justo de cruzar un semáforo o esquivar los carros para pasar la calle, evitar el peligro y pasar obstáculos.
El mayor deseo de Don Félix es que su más fiel amigo esté a su lado hasta el último día de su vida, para que siempre lo acompañe en sus más de ocho kilómetros de recorrido que diario hace por las calles de Managua.