Nancy Holten pidió la ciudadanía, pero, como los vecinos suizos tienen voz en el proceso, la rechazaron por creer que su campaña contra los cencerros de las vacas —que son pesados y ruidosos, argumenta ella en defensa de los animales— ignora las tradiciones locales
Nancy Holten nació en los Países Bajos y se mudó a Suiza a los ocho años, donde se casó, tuvo hijos y se convirtió en vegana y defensora de los animales. A los 42 años quiso solicitar la ciudadanía y el pasaporte —Suiza no es parte de la Unión Europea— y se encontró con una negativa.
Aunque acreditaba años de residencia legal y perfecta fluidez del alemán suizo, la lengua del cantón donde vive, en su pueblo habían hecho una campaña en contra de su nacionalización porque la consideraban "fastidiosa" por su defensa de las vacas locales.
Otra versión de la misma explicación indica que Holten ha pasado años sin comprender una de las más queridas tradiciones locales: las grandes campanas que cuelgan del cuello de las vacas. Sus vecinos de Gipf-Oberfrick se enojaron tanto que llegaron a abrir una página de Facebook para quejarse. Ella los denunció por bullying.
"El sonido que los cencerros de las vacas hacen es de 100 decibeles", denunció reiteradamente Holten en distintos medios suizos como The Local. "Es comparable a un taladro neumático. Nosotros no querríamos algo así colgando cerca de nuestros oídos".
Además, abundó, "los animales cargan unos cinco kilos de sus cuellos". Las campanas "causan roces y quemaduras en su piel".
Como explicó The Independent, "en Suiza los residentes locales pueden opinar sobre la solicitud de nacionalización de otras personas". Holten realizó un primer intento en 2015, cuando las autoridades locales la aprobaron, "pero 144 de los 206 vecinos la rechazaron en una votación".
Tanja Suter, presidente de la sede local del Partido Pueblo Suizo, digo que Holten es "muy bocona" y que los residentes "no quisieron darle el regalo de la ciudadanía" porque los fastidia y no respeta las tradiciones.
Holten reconoció a The Local que es "muy estridente" y que dice lo que piensa "con demasiada frecuencia". Su intención, aclaró, nunca fue atacar las tradiciones suizas, sino proteger el bienestar de los animales.
Otra costumbre local, las carreras de lechones, recibió las críticas públicas de Holten, a las que siguió otra ola de rechazo de la localidad ubicada en el cantón de Aargau.
Como siguiente paso en su apelación, Holten promovió su pedido de naturalización al gobierno central del cantón, que puede pronunciarse en contra de lo que decidieron los vecinos de Gipf-Oberfrick y darle a Holten su pasaporte suizo.