La sequía causa de mas de 3.000 desplazados a día en Somalia, donde 6,2 millones de personas -más de la mitad de la población- necesitan ayuda humanitaria urgente, informó hoy el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC).
Más de 438.000 somalís se han visto forzados a desplazarse desde noviembre debido a la peor sequía que ha sufrido el país en los últimos años, indicó el NRC en un comunicado emitido desde Nairobi.
"Más de 3.000 personas al día se ven obligadas a abandonar sus hogares en busca de agua y alimentos. Es el mayor desplazamiento desde la hambruna de 2011 y aumenta cada día más", alertó el director del NRC en Somalia, Víctor Moses.
"Los indicadores se están alineando peligrosamente con los que vimos en la víspera de la hambruna de 2011", añadió Moses.
Según los datos recopilados por la Red de Vigilancia de la Protección y Retorno del NRC, dos tercios de todos los desplazados han huido de las regiones de Mudug (centro del país), Bay y Shabelle (sur) y Sool (norte) y más de la mitad de estos desplazados huyen a tres regiones: Banaadir (sureste), Mudug y Bay.
Un total de 63.000 personas han llegado a Baidoa (centro del país), capital de la región de la Bahía, desde enero y casi 85.000 personas llegaron a Mogadiscio desde el pasado noviembre.
La sequía en el país está provocando una grave situación humanitaria en la que la mitad de la población -más de 6 millones de personas- se enfrenta a una inseguridad alimentaria aguda, un millón más que hace sólo 6 meses.
Naciones Unidas calcula que un millón de niños menores de 5 años sufrirán malnutrición grave este año mientras que los precios de los alimentos continúan disparándose en el país.
Además, las previsiones no son halagüeñas ya que el pronóstico de precipitaciones indica que lloverá la mitad de lo que se esperaba entre abril y junio en la mayor parte de Somalia.
La sequía empuja a la gente a beber agua no apta para el consumo, lo que ha dado lugar a un brote de cólera que ha causado 268 muertos y 11.000 afectados este año.
Numerosas organizaciones internacionales insisten, sin embargo, en que con apoyo financiero aún se está a tiempo de evitar que se repita la situación de emergencia humanitaria que se vivió en 2011, cuando una fuerte sequía provocó otra hambruna, en la que se calcula que murieron unas 260.000 personas.