El cuerpo cuenta con una serie de sustancias sintetizadas en las glándulas, cuya principal función es mantener la homeostasis o equilibrio del organismo. Todas estas sustancias llevan el nombre de hormonas. Una de las más importantes es la tiroxina.
Las patologías asociadas a las hormonas aparecen por un error en los procesos de síntesis o de liberación de las mismas. En este sentido, la concentración en el torrente sanguíneo estará alterada, por lo que no ejercerán su función de forma adecuada.
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¿Qué es la tiroxina?
También conocida como tetrayodotironina o T4, la tiroxina es una hormona formada por yodo y se sintetiza y libera desde una glándula ubicada en la región anterior del cuello. La misma tiene una estructura química particular, compuesta por la condensación del aminoácido tirosina, al que se le añaden 2 átomos de yodo.
La cantidad de T4 producida en la glándula correspondiente es mucho mayor en relación con las otras hormonas sintetizadas, sin embargo, cuenta con poca actividad biológica. Múltiples estudios establecen que la tiroxina se comporta como una prohormona en la periferia, es decir, que debe transformarse en su forma activa por una acción enzimática.
¿Cuál glándula es la encargada de producirla?
El órgano encargado de producir y liberar la tiroxina al torrente sanguíneo es la glándula tiroides. La misma está ubicada en la región anterior del cuello, justo debajo de la laringe y por delante de la tráquea. La anatomía de la tiroides asemeja un escudo: cuenta con 2 lóbulos ubicados a ambos lados de la tráquea, unidos por una región central llamada istmo.
Una hormona esencial para el organismo
La tiroxina es una hormona producida en la glándula tiroides que puede transformarse a su forma activa en los tejidos periféricos, por lo que es una fuente de reserva. Las hormonas tiroideas cumplen funciones esenciales dentro del organismo, casi todas relacionadas con la regulación del metabolismo basal y el crecimiento.
Las patologías asociadas al exceso o al déficit alteran el metabolismo basal, causando la aparición de síntomas incómodos y peligrosos. El diagnóstico y tratamiento oportuno de estas patologías garantizará un control adecuado de las mismas e impedirá la aparición de complicaciones.