La práctica común de recalentar alimentos, está en aumento en hogares de todo el mundo. Aunque aparentemente inofensiva, esta costumbre puede entrañar riesgos para la salud; según advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La OMS subraya que los alimentos pueden transmitir más de 200 enfermedades, causando anualmente más de 400,000 muertes.
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Muchos casos de enfermedades transmitidas por alimentos en todo el mundo, se deben a errores frecuentes en la manipulación de alimentos; tales como la preparación de estos horas antes de consumirlos, la falta de mantenimiento de temperaturas adecuadas y la mezcla de alimentos crudos y cocidos.
En el proceso de recalentamiento, la OMS enfatiza que todas las partes del alimento deben alcanzar al menos una temperatura de 70°C para garantizar su seguridad. Sin embargo, hay alimentos que no se deben recalentar debido a la liberación de toxinas.
¿Sos culpable de recalentar alimentos?
Algunos ejemplos incluyen el arroz, que al recalentarse puede generar Bacillus cereus, productor de toxinas perjudiciales.
Las papas, al ser recalentadas, pueden perder propiedades y liberar solanina, causando problemas de salud. Las espinacas y la remolacha, al contener nitratos, pueden convertirse en nitritos al recalentarse, asociados con diversas afectaciones de salud.
Incluso, alimentos aparentemente seguros como el pollo y los huevos pueden volverse riesgosos al cambiar su composición al recalentarlos; provocando problemas digestivos o la formación de sustancias tóxicas.
La advertencia, se extiende a alimentos como apio, setas, hongos y aceite vegetal, subrayando la importancia de pensar dos veces antes de recalentar ciertos alimentos para evitar riesgos innecesarios para la salud. La conciencia sobre la manipulación adecuada de alimentos; es clave para prevenir enfermedades y garantizar una alimentación segura.