De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer ha emergido como una causa predominante de muerte en todo el mundo; registrando casi diez millones de defunciones en el año 2020.
Mientras que los cánceres de colon, recto, mama, pulmón y próstata encabezan la lista de los más comunes; es esencial reconocer que cada uno presenta síntomas distintos y comparte algunos factores de riesgo.
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Entre los tipos de cáncer menos conocidos, la leucemia afecta inicialmente la médula ósea, según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (Medline Plus); mientras que el cáncer de hueso, según el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), se origina en las células óseas.
El cáncer de hígado, reportando 830,180 muertes en 2020 según la American Society of Clinical Oncology, prevalece especialmente en África.
Cáncer y sudores nocturnos
En el ámbito de la salud, la sudoración nocturna ha sido asociada erróneamente con el cáncer. Sin embargo, la Biblioteca Nacional de Medicina subraya que la sudoración es una función vital que regula la temperatura del cuerpo.
Sudar durante la noche no indica necesariamente cáncer, pero es crucial consultar a un profesional de la salud para identificar las causas y los tratamientos adecuados.
Además de los posibles vínculos con el cáncer, la sudoración nocturna puede ser causada por diversas condiciones, como la hiperhidrosis, el estrés, la hipoglucemia, la menopausia y la ansiedad.
La Clínica Mayo advierte que, aunque los sudores nocturnos son comunes, se deben tomar en serio si van acompañados de otros síntomas, como diarrea, fiebre o pérdida de peso.
Para abordar estos síntomas, se sugieren tratamientos como la acupuntura y técnicas de relajación, teniendo en cuenta factores externos como el clima y la falta de ventilación.
En última instancia, la clave reside en la pronta consulta con profesionales de la salud para un diagnóstico preciso y la implementación de tratamientos adecuados.
