El cuerpo monitorea de cerca el nivel de oxígeno en la sangre para mantenerlos dentro de un rango determinado, de modo que haya suficiente oxígeno para realizar todas las necesidades.
Nivel de oxígeno
El nivel de oxígeno en la sangre, es un indicador de qué tan bien el cuerpo distribuye el oxígeno de los pulmones a las células; y puede ser importante para la salud por lo que nuestros cuerpos requieren oxígeno para funcionar.
Este gas vital ingresa al cuerpo a través de la nariz y la boca y pasa a través de los pulmones hacia el torrente sanguíneo. Una vez ahí, el oxígeno ayuda a reemplazar las células que se desgastan, aporta energía a nuestro cuerpo, apoya la forma en que funciona nuestro sistema inmunológico y más.
Por ello, los niveles bajos de oxígeno en sangre indican que puede haber un problema con los pulmones o la circulación.
Niveles normales y bajos de oxígeno
Para garantizar que las células del cuerpo están recibiendo la cantidad de oxígeno necesaria, este nivel en sangre ha de ser de entre 95 y el 100 SpO2. El SpO2 es el porcentaje de saturación de oxígeno.
Los niveles de saturación óptimos garantizan que las células del cuerpo reciban la cantidad adecuada de oxígeno.
Se considera un porcentaje bajo cuando se encuentra por debajo del 90%. Debajo de este valor se produce hipoxemia, es decir, un nivel más bajo de lo normal en la cantidad de oxígeno en sangre.
¿Qué es la hipoxemia?
La hipoxemia puede estar causada por una respiración superficial, por bajos niveles de oxígeno en el aire inhalado, por enfermedades pulmonares o por la apnea del sueño.
Esto puede causar hiperventilación, lo que puede dar lugar a mareos, problemas respiratorios, debilidad, confusión o trastornos del sueño, entre otros.