Padres, recuerden la importancia de educar a sus hijos en la igualdad

La importancia de educar en la igualdad
Foto: La importancia de educar en la igualdad /Cortesía

En la actualidad tenemos que prestar atención en cómo educamos a nuestros hijos, teniendo en cuenta que para conseguir una igualdad real, es importante guiarlos en el respeto a las personas desde pequeños. Esta tarea es de la familia que tiene mucha influencia. La educación en el colegio es clave, pero en casa también.

La familia juega un papel muy importante en el desarrollo de las personas. Como padres tenemos una influencia grande durante la crianza de los más pequeños. Los mensajes que se dan los asimilan de tal manera que empezarán a ser parte de su manera de ser y ver la vida.

Para educar en la igualdad estos mensajes deben apartarse de los estereotipos tales como: “los chicos no lloran”, “las mujeres son delicadas”, “los hombres no deben expresar sus sentimientos”.

La importancia de educar en la igualdad

La importancia de educar en la igualdad
Foto: La importancia de educar en la igualdad /Cortesía

El objetivo de la familia, junto con la ayuda de la escuela, es enseñarles a comportarse según los valores y pautas socioculturales, educando a los niños en el respeto hacia los demás desde que son pequeños. Las normas de la sociedad empiezan desde nosotros mismos y, por tanto, debemos ser los primeros en marcarlas.

La finalidad de la educación en el respeto e igualdad entre todos y entre géneros es erradicar la crianza sexista de niños y niñas. Pero aún queda mucho por hacer…

La importancia de educar en la igualdad
Foto: La importancia de educar en la igualdad /Cortesía

Y, es que de una generación a otra, se transmiten tradiciones, costumbres y roles que, a veces, se les pueden llamar machistas. Debido a estos roles que se imponen por tradición, los hijos e hijas pueden llegar a no aprender a hacer las cosas básicas para funcionar de manera independiente y a asumir actitudes rebeldes al darse cuenta de que no existe igualdad entre hermanos.

Por ejemplo: “Ana como es la chica ayuda a poner la mesa y Juan que es el chico no tiene por qué”. A pesar de la influencia que los padres y madres puedan tener en los pequeños, no significa que estos se convertirán en adultos con tendencias machistas. Cada uno tiene la libertad y la inteligencia de entender y aplicar esas enseñanzas en sus propias vidas o hacer los cambios que necesite.

El problema empieza cuando, en estos casos, el padre o la madre se ha criado en hogares machistas y no cuenta con la habilidad de entender las responsabilidades del hogar y el de compartir las tareas de la casa. Es importante que identifiquemos, como adultos, si estamos educando con esta falsa sensación de igualdad.

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