Casi de forma paralela a la pandemia por coronavirus, autoridades de salud también alertaron sobre otro problema, incluso mayor, que se venía agudizando desde hace más tiempo; el de la débil salud mental. Aunque se trataba de un tema que se identifica mejor con el tiempo, el covid-19, junto a los prolongados encierros, puso de relevancia la poca atención que se le da a la salud mental.
Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicó el examen más completo sobre la salud mental en el mundo desde principios de siglo. “Este detallado trabajo ofrece un plan maestro a los gobiernos, las instituciones académicas, los profesionales de la salud, la sociedad civil y otros interesados que tengan por objeto ayudar al mundo a transformar la salud mental”, aclara la OMS en un comunicado.
Datos dentro del informe
Algunas de las cifras que arroja el documento, titulado Informe sobre la salud en el mundo 2001: Salud mental: nuevos conocimientos, nuevas esperanzas, es que para 2019 casi mil millones de personas del mundo estaban afectadas por un trastorno mental, en el que un 14% eran adolescentes. Mientras, los suicidios representan 1 de cada 100 muertes, en donde el 58% ocurren antes de los 50 años, y las personas con trastornos mentales graves mueren de media de 10 a 20 años antes que la población general.
Y la pandemia, como se dijo anteriormente, empeoró este escenario. “Por ejemplo, se calcula que el aumento de los trastornos de ansiedad y depresión ha sido de más del 25% durante el primer año de la pandemia”.
Pese a esto, también señala el informe, los sistemas de salud del mundo no le otorgan suficiente atención o recursos. “En promedio, los países dedican menos del 2% de sus presupuestos de atención de salud a la salud mental. En los países de ingresos medianos, más del 70% del gasto en salud mental sigue destinándose a los hospitales psiquiátricos. Casi la mitad de la población mundial vive en países en los que solo hay un psiquiatra por, al menos, cada 200 mil habitantes. Y la disponibilidad de medicamentos psicotrópicos esenciales asequibles es limitada, especialmente en los países de ingresos bajos”.
¿Por qué invertir en salud mental?
En uno de los capítulos del informe, que se titula «beneficios del cambio», la OMS señala que hay tres motivos principales para invertir en salud mental; la salud pública, los derechos humanos y el desarrollo socioeconómico. Lo primero, verlo como una mejoría en la salud pública, tiene que ver con que «puede reducir en gran medida el sufrimiento y mejorar la salud, la calidad de vida, la forma de desenvolverse y la esperanza de vida de las personas con trastornos mentales».
Además, es un tema de derechos humanos, ya que “en todo el mundo, las personas con trastornos mentales suelen ser excluidas de la vida comunitaria y se les niega el ejercicio de derechos fundamentales.