Increíble, pero real los cuantiosos beneficios para tu salud que deja el caminar hacia atrás. Si bien es importante mencionar que para hacer esto posible, hay que empezar a desafiar nuestro cerebro.
Cuando caminamos hacia atrás, nuestros cerebros tardan más en procesar las demandas adicionales de coordinar estos sistemas. Sin embargo, este mayor nivel de desafío trae consigo mayores beneficios para la salud.
Uno de los beneficios mejor estudiados de caminar hacia atrás es la mejora de la estabilidad y el equilibrio. Practicarlo puede ayudarnos a mejorar nuestra marcha normal (es decir, hacia adelante), y en cuestión de mejora del equilibrio, ayuda tanto a adultos saludables como a aquellos con osteoartritis de rodilla.
Al caminar hacia atrás damos pasos más cortos y más frecuentes, lo que mejora la resistencia de los músculos de la parte inferior de las piernas y reduce la carga sobre las articulaciones.
Beneficios para tu salud que deja el caminar hacia atrás
Agregar cambios y caminar una pendiente ascendente o descendente, también puede alterar el rango de movimiento de las articulaciones y los músculos; lo que ofrece alivio del dolor para afecciones como la fascitis plantar, una de las causas más comunes de dolor en el talón.
Los cambios posturales que se crean por caminar hacia atrás hacen que se usen más los músculos que sostienen la columna lumbar. Esto sugiere que caminar hacia atrás puede ser un ejercicio particularmente beneficioso para las personas con dolor lumbar crónico.
Esta técnica incluso se ha utilizado para identificar y tratar el equilibrio y la velocidad al caminar en pacientes con afecciones neurológicas, o después de un accidente cerebrovascular crónico.
Las bondades de cambiar de dirección no son solo terapéuticas: el interés en el movimiento hacia atrás ha llevado a los investigadores a descubrir otros beneficios. El gasto de energía con este cambio es casi un 40% mayor que al caminar a la misma velocidad hacia adelante: 6,0 Mets frente a 4,3 Mets (un equivalente metabólico, Met; es la cantidad de oxígeno consumido mientras se está sentado en reposo).
Un estudio mostró reducciones en la grasa corporal para mujeres que completaron un programa de entrenamiento de marcha o carrera hacia atrás de seis semanas. Correr hacia atrás aumenta la fuerza de los músculos que son cruciales para enderezar la rodilla, lo que no solo se traslada a la prevención de lesiones; sino también a nuestra capacidad para generar potencia y rendimiento atlético.
También, correr hacia atrás sostenidamente disminuye la energía que gastamos cuando corremos hacia adelante. Estas mejoras son incluso beneficiosas para los corredores experimentados que ya poseen una técnica para hacer una carrera más económica en términos energéticos.