Pediatras reunidos en el II Congreso Digital de la Asociación Española de Pediatría han alertado del riesgo que tiene no detectar y tratar a tiempo un traumatismo craneoencefálico grave tras una caída banal.
«Es muy importante saber detectar las complicaciones y no infravalorar su gravedad; las consecuencias de no hacerlo pueden ser irreversibles», ha dicho el miembro del Grupo de Trabajo de Politraumatismo de la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos (SECIP), Andrés Concha, tras informar de que el manejo de estas lesiones empieza en el momento del accidente.
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En concreto, el paciente debe recibir una atención inicial sistematizada con objeto de detectar lesiones de riesgo. Una vez en el hospital, se le debe atender de la forma más rápida y eficaz posible y es de «vital importancia» coordinar la actuación de todos los especialistas y profesionales que puedan intervenir en la atención.
Traumatismo craneoencefálico
Sin embargo, el experto ha lamentado que el manejo del paciente politraumatizado no está incluido en el plan de formación de los residentes de Pediatría, ya que es una patología «relativamente poco frecuente» en Pediatría.
Por ello, el entrenamiento con simulación y los cursos de formación son esenciales para afrontar el manejo de estos pacientes graves.
Entre las señales que pueden alertar de la presencia de lesiones graves tras una caída se encuentran la irritabilidad, los vómitos o la somnolencia.
Señales que pueden alertar
Otra cuestión especialmente preocupante es, en palabras de la doctora Martínez de Azagra, la incidencia, cada vez mayor, de precipitaciones o caídas desde alturas superiores a los tres metros, que en el caso de los niños menores de cinco años se producen de forma accidental en un descuido y en los adolescentes, frecuentemente, de manera intencionada.
Los pacientes que se benefician de esta forma de hospitalización son aquéllos ya estables, menos graves, lo que permite disminuir la estancia en el hospital.
Un ejemplo son las enfermedades infecciosas, que se tratan con antibiótico intravenosos y las patologías respiratorias agudas, como la bronquiolitis o la neumonía; que requieren de la administración de oxígeno.